Cuando
llegan no se quieren ir, te hacen sufrir. Te condenan, te atan, a la
vez te hartan. Algunos buenos, algunos malos, pero estos últimos los
odiamos, recuerdos de un amor que nos ha dejado, recuerdos de alguien
que nos ha desamparado.
Los primeros son los más
felices, nos ayudan a olvidar los momentos tristes, pintan colores
sobre los tonos grises, y crean momentos con hermosos matices
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