Abrazado a la melancolía,
 atado a fotos viejas
 de una juventud que creía que sería eterna.
 

Algunos fantasmas me tocan la puerta de madrugada,
 vienen del ayer a manifestarse,
 les abro la puerta, los dejo entrar,
 mientras preparo los mates.
 

Melancolía de esos tiempos que no vuelven,
 y me traen a la escritura,
 en la soledad el arte florece
 y la alegría se aleja.

¿Dónde quedaron la paz y la autenticidad?

se fueron con la ignorancia de la niñez,

para ser reemplazadas por responsabilidades vanas
que nadie recordará en el futuro.

Debo, quiero, pero y tengo que,
se chorean mi alma
que grita por la libertad
que abandoné en algún cajón.

Plata, futuro, familia,
entre pertenecer con la gente que crecí
o darle bola a mi locura, quizá también cordura,
de aquel niño que hoy creció.

Y me olvidé de lo pequeño,
lo simple y lo importante
por estos putos miedos
de un futuro que no existe.

MD

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS