Un alma silenciosa, un mar de pensamientos

Un alma silenciosa, un mar de pensamientos

A menudo, la calma es evidente ante los ojos extraños, vivimos creando una fachada sin mancha que sea del agrado de otros, o tan solo pase desapercibida frente a ellos. Nos preocupa dar evidencia a nuestros problemas, hay quienes creemos que la lucha es solo nuestra, al evaluarlo detenidamente nos obligamos a ser fuertes, rígidos e inflexibles frente a los problemas, no es relevante su tamaño, estamos convencidos de poder contra todo, no aceptamos ayuda, concejos, opiniones o alternativas para evitarlos; nuestro cerebro trabaja de manera diferente… no podemos correr o darle la espalda a aquello que nos aqueja, estamos convencidos de que la única solución es enfrentarlo y para esto la ayuda de alguien más es irrelevante. Nos negamos a mostrar debilidad ante otros, ¿Cuántas veces hemos llorado solos? ¿Cuántas serán necesarias para entender que no está mal hacerlo?, nos culpamos por mostrar “debilidad”, por sentir miedo, por dudar y hasta por dejar todo atrás.

Aprendimos a crear una barrera impenetrable, el miedo nos obliga a alejarnos de los demás, tememos tanto a ser juzgados que preferimos encerrar en nuestra alma todo aquello que creemos es irrelevante para el mundo, sin pensar en que todo aquello está creciendo dentro, crece tan rápido que llega comienza a inundar toso nuestro ser y a apoderarse de nuestra voluntad, de repente solo queremos alejarnos de todo y de todos, perdemos nuestro camino y nos olvidamos de lo que antes considerábamos importante, perdemos interés hasta en vivir, comenzamos una rutina inmersa en un vacío tan profundo que podríamos pensar en la idea de no ser lo suficientemente fuertes para soportar todo aquello que estamos cargando…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS