A tu partida, un Adios.

Hoy he botado al tacho de la basura la ultima comida que te preprare y dejaste en la vianda, asi con toda la facilidad e insignificacia que le diste, tal y como me dejaste a mi; una semana tenia alli en la mesa de mi cocina, y cada dia que pasaba la miraba, no se que cosa esperaba para deshacerme de ella, quizas soñaba con que mis sentimientos se pudrieran como esa comida; mientras la botaba pensaba en tu ida, te marchaste con cobardia a hurtadillas como un adolescente que escapa del hogar; de hecho me hizo recordar las idas de mis hermanas con quienes vivi, todas se marcharon asi, apenas cumplida la mayoria de edad y apenas encontrada la clandestinidad partieron a sus prometedoras visiones de vida segun sus sueños, una sola de ellas con quien solia compartir habitacion lo hizo de manera diferente, recuerdo haber despertado y ella abordarme preguntando por nuestros padres ya que tras la discusion de la noche anterior ella desconocia su agenda de un domingo en el que habitualmente iriamos a misa y estariamos en casa.

La mire recogiendo todo y aun somnolienta le respondi que estarian haciendo mercado y luego volvian a casa y le pregunte que estaba haciendo, que porque recogia y me respondio:

– » Me voy, acaso no querias que me fuera» y sonrio.

Jamas olvidare ese dia, me senti tan culpable por mucho tiempo pues cada vez que nos tocaba limpiar el cuarto y discutiamos de a quien le correspondia hacerlo yo terminaba diciendo: «ojala te vayas como las otras!». Solo con el tiempo cuando creci entendi que fue un chiste negro y que habiendole dicho o no algo asi, se iria de todas formas, nada tenia que ver conmigo y luego inclusive me parecio que ella fue la unica que se marcho del hogar de la manera mas admirable y valiente de como lo habian hecho mis otras hermanas, pues a diferencia de lo que se pensaria y de aprovechar que nuestros padres no estaban e irse, ella espero a que llegaran y ya con las maletas hechas le explico que procedia a irse, que haria y porque lo hacia. Con el tiempo la admire mucho por eso.

Hoy mientras vaciaba esa vianda recorde ese dia y mis a postiori pensamientos de ese suceso, pues en primer lugar quisiera poder llegar en esta ocasion a la misma conclusion que con ella: tu ida nada tiene que ver conmigo, que habiendo dicho algo o no, nada seria diferente, te irias de todas maneras, debias irte y eso habla mas de ti que de mi; y segundo que pena que haya sido con cobardia a escondidas sin respeto y no con la valentia con la que a mis 9 años entendi debia realizarse una marcha. Sin embargo, trato de ser justa y entender que con tan pocas herramientas emocionales a tu alcance lo hiciste como pudiste para lograr tu fin e irte, con poco agradecimiento pero necesariamente y condecendientemente al menos pues irte es lo minimo que podias hacer por mi. 

Luego en la noche mientras hacia la cena, la cual tenia dias sin hacer para ser sincera, cai en cuenta que ya no habria mas noches en la que tener que dejar listo un plato que aguardara tu llegada, y pense, que mas que dejar una comida caliente servida cada noche de tu vida dejaste fue lo que sin duda alguna no volveras a tener: la calidez y la enteresa de quien vio de ti tu verdadera naturaleza malevola y mediocre y aun asi escogio quedarse y darte amor procurando contrinbuir a tu alma perdida, y solo entendiendo que en ese proceso me estaba perdiendo yo, es que agradezco que aun despues de grandes daños, sin agradecimiento por tanto y cobardemente te marcharas, ese aun de esa manera y contraditoriamente es el acto mas valiente y amable que has tenido conmigo. Ahora me marcho yo.