Quiero un sorbo de tu pócima
en la larga copa de tus encantos,
para embriagarme a todas horas
en el hechizo de tus labios.
Dame las rutas de tus mejillas…
y la brisa suave de tus párpados,
qué ansío bañarme en tus orillas
y volar tus secretos como un pájaro.
…Y cuando tu cuerpo y el mío,
dancen, la simbiosis de la carne
me volveré horizonte infinito,
y tú, el único latido que bombee mi sangre.
Joaquín Lourido – DRA
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