Puede que no sea un tesoro
pero viajan siempre conmigo
una pluma, un papel
y las letras que yo escribo.
La vida a veces me engaña,
yo pinto una ilusión cada mañana,
este mundo es singular,
vivir es soñar, no me quiero olvidar.
Abanicos de colores
me va ofreciendo el viento
mientras elijo mi asiento,
buscando un nuevo argumento.
Atrapar esas palabras
que están perdidas en el aire,
que llegan por casualidad,
que yo trato de pintar.
Escribiéndolas rápido,
antes de que se marchen
porque quizás no vuelvan
y en mis poemas se disuelvan.
Hay mucha gente que escribe,
muchos y buenos escritores
y otros que sin creerse escritores
puede que sean los mejores.
Escribir es gritar,
gritar sin que salga sonido,
pelearse con los demonios,
dejar que el sentir vuele.
Enfrentarse al dolor, al sufrimiento
a las luces, a las sombras,
tratar de que lo real y lo ficticio
sean imposibles de distinguir.
Hay que cambiar la careta,
intentar disimular las huellas
para poder reflejarlo
en las entrañas del papel.
OPINIONES Y COMENTARIOS