No escribo hasta que el alma me duela.

No escribo hasta que el alma me duela.

Neggr0 Alighieri

22/07/2023

Hace rato no nos veíamos, al parecer el tiempo intacto de tu juventud no ha cambiado y solo…

Hace muchos años dejamos de vernos, de hecho la última vez que te vi fue en una pantalla de un teatro universitario. Admito que es extraño reencontrarnos, pensé que eras de esas personas que pasan por un lapso corto de tiempo, pero en su momento de estadía perduran y dejan una marca imborrable en el tiempo.

Vivimos en un pequeño grano de personas que caminan sin sentido alguno, esclavizados por la ordinaria rutina y gobernados por la tecnología. Los murmullos y las bocinas abarcaban todo el ruido sonoro, mi audición no es la mejor, pero con solo escuchar tu ola, todos los recuerdos fragmentaron astillas en mis olvidadas memorias vivientes como el paralelismo literario de este mundo. Con esto compruebo que solo escribo «cuando el alma duele», hoy tengo 83 años camino con bastón y tengo una cojera, como aquellos por los cuales me mirabas mal cuando me burlaba.Ya no escribo, mis arrugadas manos tiemblan mucho y mis dedos inflexibles hacen bastante complicado el trabajo, así que hace mucho lo deje.

 Tuve mucha suerte, ya que viví como se me daba la gana, a los 22 comencé a viajar por el mundo viví muchos momentos indescriptibles de esos que te hacían reír. Conocí muchas personas, lugares y muchas lagunas mentales en el proceso.

Aprendí a amar cosa que pensaba inimaginable, pero como todo lo bueno no perdura, una cosa llevo a la otra y nos dividimos cuál emisario, rey mago de belén, vestí la ropa más exclusiva que puedas imaginar, y todo esto lo aproveche como ambos sabemos, He visto tantos presidentes de mierda, sigo sin creer en la biblia solo en razonamientos lógicos, sigo creyendo que el ser humano es un ser inexplicable que solo avanza en un bucle intangible.

A un recuerdo el don de tus manos con el papel, pues imprimías la realidad en él, y si hablamos de la voz más rara, pero perfecta que escuche en mis tantos años de vida ni la Rocola más prestigiosa podía superarla, me abrazaste tan fuerte que casi rompes mis viejos huesos, me besaste fuertemente en el mentón y con tus peculiares farolas de ojos quedaste perpleja viendo a este joven decrépito, lo curioso del caso es que no hace mucho pensé en ti, siempre pasaba lo mismo en aquellos tiempos, te veo de algún modo a último minuto de algo. 

Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro, creo que eso lo aprendí de ti y tus complejas conversaciones filosofas que tanto disfrutaba. De repente veo tras tuyo a una mujer joven que te tomaba del brazo y me saluda, era tan parecidas a ti que no tuve que preguntar, te señalo la salida porque debías partir, me abrazaste más fuerte aún, me despediste de beso y tomaste mi mano que dijo más de lo que se pudo decir,en ese momento que te fuiste.

Tome mi abrigo y salí de aquel lugar, todos esos momentos indelebles que me regalo el destino pasaron frente a mis ojos, ella no lo sabe, pero soy como el gato de Schrödinger en estos momentos, vivo pero muerto a la vez, saque el pañuelo porque ya lo suponía, los ataques iban a comenzar, y en efecto la maldita enfermedad  que me atormenta y es mi fiel acompañante, que un día me traicionara y cumplirá su objetivo, causara una falla instantánea en mi sistema vital. Escribo esto porque presiento la voz de la defunción más latente que nunca, sonrió y rio a carcajadas mientras la tos me vuelve a atacar, pero ni eso me impide la felicidad de en que mis últimos minutos comprobé la realidad de aquella frase que tantos años no había obviado » No escribo hasta que el alma me duela».

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