En una pequeña nación de Albania se alzaba majestuoso un gran castillo, acompañado de un hermoso bosque caracterizado por poseer un único y especial trébol de siete colores. El gobernante de esta pequeña nación era conocido como Orlan el Magnífico, quien, junto con su esposa y sus dos hijas, disfrutaba de una vida pacífica, sin enemigos aparentes o eso creían ellos.
La hija menor era especialmente curiosa y solía aventurarse a caminar por el bosque, maravillada por su hermoso paisaje. La segunda princesa, por su parte, era delicada y también sentía una fuerte curiosidad, lo que la llevaba a pasear por el bosque hasta altas horas de la tarde.
Un día, mientras regresaba a casa, la segunda princesa avistó a un joven desconocido merodeando cerca del palacio. Al intentar acercarse, el joven se desvaneció como si fuese aire. La princesa, desconcertada por lo sucedido, corrió a contarle a su padre, el rey Orlan, quien, sin saber qué pensar, ordenó a sus caballeros incrementar la seguridad del castillo y la ciudad, así como informar de cualquier acto extraño de inmediato.
Los días pasaron sin incidentes, hasta que ocurrió un fatídico día: la pequeña princesa salió como de costumbre a su caminata diaria por el bosque, pero esta vez no regresó a casa. Alarmado, el rey Orlan salió junto a sus caballeros en busca de su hija. Con gran pesar, encontraron el cuerpo sin vida de la princesa cerca de una cascada, junto al trébol y un cartel de los gremios de la ciudad Nebulosa.
Lleno de ira y sed de venganza, el rey decidió solicitar la ayuda del gremio de superhéroes de la ciudad para encontrar al culpable detrás de la muerte de su hija. El gremio envió a su mejor detective, conocido como Neo el Descifrador, quien poseía la habilidad de detectar almas en un radio de 1 kilómetro.
Cuando Neo llegó al palacio, se presentó ante el rey con calma y determinación:
Neo: Aquí está el mejor detective del gremio de superhéroes. Estaré a su servicio desde este momento y prometo, por mi nombre, encontrar al culpable detrás de la muerte de la princesa.
El rey, con semblante serio, respondió:
Orlan: Joven, que te haces llamar el mejor, deposito mi confianza en ti y estoy seguro de que encontrarás al culpable y lo harás pagar por todo el mal que ha causado a mi familia y a mí.
El pequeño detective asintió con la cabeza, aceptando la misión, y se puso en marcha hacia el lugar donde fue encontrada la princesa. Allí, se sorprendió al ver a un joven de cabello blanco, pero al intentar hablar con él, el joven desapareció en un instante. Neo activó su habilidad pero solo pudo encontrar rastro de una sola persona.
Rápidamente, se dirigió hacia esa persona y se dio cuenta de que era la hermana mayor de la princesa fallecida. Al preguntarle qué hacía allí, ella respondió que estaba perdida y no recordaba el camino a casa. Neo la observó con atención, percibiendo su nerviosismo, pero decidió seguirle el juego y le indicó cómo regresar al palacio.
Aunque Neo descartó la idea de que la hermana mayor fuese la culpable, mantuvo vigilancia sobre ella y continuó en busca de nuevas pistas que lo ayudaran a resolver el caso.
¿Podrá Neo encontrar al verdadero asesino de la segunda princesa y descubrir qué oculta la hermana mayor? Pronto lo sabremos en la segunda parte de esta historia.
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