Buscando la perfección, nos olvidamos de las cosas importantes

que a simple vista parecieran no tener relevancia, y las dejamos pasar

un atardecer con sus bellos colores

una lluvia ligera con su exquisito sabor

el canto mágico de un pájaro

la risa de un niño

o simplemente escucharnos a nosotros mismos

saber más de nuestro yo interior

lo que es capaz de decirnos el corazón

Y pensamos que son cosas triviales

que no estamos para esos espacios y momentos cursis

solo nos centramos en ser y no en estar, podemos estar siendo lo que somos y seguramente encontraremos el complemento en aquello que parece sencillo o sin importancia.

El ser humano

Nacer no pide

Vivir no sabe

Y morir no quiere

Si desciframos estas tres frases, nos daríamos cuenta que somos frágiles, como hojas al viento, que se mueven al son de su fuerza, y que muchas veces no podemos seguir nuestro camino, sino que seguimos la corriente, y eso nos hace perder ese gran tesoro que tenemos, que es la sensibilidad y la humanidad.

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