El tribunal de los contemporáneos

El tribunal de los contemporáneos

Lorenzo Arabí

05/07/2023

     Un lugar siniestro atormentado por termitas antiguas, desaparecidas, pienso que por aburrimiento de comer una madera tan poco enjundiosa, quizás muertas por desnutrición, la mesa del comedor caoba picada por cilindros de menos de un milímetro de radio, las jambas, los dinteles de las tres puertas que dan a otras habitaciones con la misma viruela, la pared tuvo manchas que se han fundido con esa pátina tenebrosa de la dejadez y el humo de los fumadores que tal vez habitaron un día esta casa, el suelo forrado de losas de linóleo gastado, ni un estudio forense podría llegar a conocer su color inicial, en este momento oscuras, muy oscuras, los cristales se les echa de menos según el viento que sople, son una tenue por desgastada arpillera que se ajusta a los marcos con púas torcidas a martillazos, que se desmembra formando agujeros por las zonas más desgastadas, la bonanza climatológica de estas tierras los convierte en suficiente separación entre el exterior y el interior, incluso diría que no hay nada mejor a pesar de su precariedad y su ausencia total de estética(el panorama es horroroso), tapa el sol cuando le gusta azotar sin miramientos, incluso la aireación se agradece, sino se acumularían olores, las sillas donde deben sentarse los miembros del consejo son de anea y un día muy lejano fueron pintadas de rojo a brochazos con exceso de pintura, las patas parecen cirios con chorreones de cera que descansan en el suelo dando sensación de aumentar su estabilidad, una cocina en esquina remata la habitación, nadie hará de comer en ella, es usada como almacenamiento de miríadas de objetos que tapan su superficie, al menos el resto es minimalista y no agobia dejando a la vista recorrer un espacio relativamente grande, hay pocas cosas, las necesarias para el uso que se le da, que al parecer necesita de poco aderezo.

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