Dime..

Con cuánto dinero te devuelven la vida de un hijo? 
o

 Con cuánto me pagas todo el tiempo perdido?… las noches sin dormir?… las tardes interminables de dolor? las lágrimas derramadas al ver mi nueva realidad?

¿Con cuánto dinero borras los recuerdos? la angustia? el miedo que sentí?

¿Con cuánto eliminas de mí las cicatrices, la inseguridad?

Con cuánto me devuelves a cuando era alguien ..»normal»…

¿Con cuánto borras  mi incomodidad ante la mirada curiosa, imprudente y molesta de la gente? La vergüenza y  las batallas internas?

¿ Con cuánto me devuelves el esfuerzo invertido en conseguir un título que me impediste lograr justo cuando ca-si lo tenía?

…
Es muy fácil para ti, que estás del otro lado! Y crees que lo reparas con tu sucia e insultante “indemnización *pir diñis y pirjuiciis*”
 Pero, ¡claro! ¡Qué vas a entender! Tú no estuviste. No sentiste en tus carnes el terror. No viste de frente a la muerte. No sentiste ese miedo y vacío, esa sensación de irte antes de tiempo y que ya todo estaba perdido.

Tú no estuviste cuando las paredes de una habitación de hospital eran lo único que podía ver. Cuando no podía levantarme de una cama. Cuando dependía completamente de la gentileza de otro. 

No estuviste si quiera para darme la mano!  No estuviste para darme un abrazo.
No viste mi confusión, mi desespero. 
No estuviste cuando me preguntaba: ¿por qué a mí!? ¿ por qué sigo aquí? y.. “si tendría fuerzas para seguir”. 

Tampoco estuviste cuando me fui por fin a casa; cuando la desesperanza me invadía;  cuando pasaban días enteros sintiéndome miserable, sin ganas de nada.
Cuando me sentía culpable por sentirme mal, siendo que ALGO me había dado una segunda oportunidad y yo seguía sin terminar de entenderlo. 
Cuando no quería que nadie me viera.
Cuando estaba rota..

Por favor, dime: ¿Con cuánto limpias tu consciencia.. por haber robado parte de mi vida?