Carta de algo que pasó en 1999

Carta de algo que pasó en 1999

Emery

27/06/2023

«Buenos días, buenas tardes, buenas noches, querida, seguro te preguntas tantas cosas.

¿Dónde estoy? ¿Estoy bien? ¿Por qué me fui?

Estoy bien, ¿Y tú? supongo que viva. Aunque después de tanta lluvia colorida, con contaminación auditiva y supersticiones que ahora nos parecen ridículas, debe ser un poco complicado estar leyendo esto.

Quizá la cabeza te da vueltas, quizá es el cuerpo, pero ¿De que otra manera podría hablar contigo sin la necesidad de tener que verte a los ojos?

No podría, ahora mis ojos han visto tantas cosas que no merezco la pureza de los tuyos, aunque…no lo sé ¿Tus ojos siguen teniendo esa pureza característica? ese color miel purificador que me hacía confesar, por más que no quiera, aún sin tenerlos en frente… Me están haciendo hacerlo ahora

Esto es una confesión, una liberación de mi carga para que la llevemos ambos, pero dudo que la llevemos hacia el mismo lado

Te engañé…pero no ese engaño carnal, o sea, si me acosté con otra, pero creo que el hecho de que hayamos consumado el acto solo fue pulir algo que ya se había tallado, así que eso no debería dolerte tanto.

Fue en la playa, con una chica caribeña tan contraria a ti, su piel reflejaba a el sol mientras la tuya a las nubes

Su acento venezolano fue tan cautivador, ella me sedujo a mi ¿Que más podía hacer?

Utilizó mi particular gusto musical para engatusarme y yo caí redondo

Nos la pasamos conociéndonos toda la tarde, caminando y sintiendo la misma arena en los pies. Ambos fuimos muy tímidos para dar un paso adelante, así que tardamos bastante, por si eso te reconforta.

Ella también tenía pareja, un joven serio, enfocado, que estudiaba en una universidad tan buena que no me aprendí el nombre, y para ella eso estaba bien…A veces. No la quiso acompañar a esa playa tan lejana a disfrutar el último día de su vida

¡Tú tampoco quisiste acompañarme a mi! Teníamos la misma historia, era tan perfecto…

Y cuando cayó la noche ella cayó encima mío. No pensé en ti… O tal vez si, igual no te sentí, solo pude sentirla a ella.

Y luego, cuando las luces no apocalípticas abrieron mis ojos pude verla, ya de pie, fuera de la carpa poniéndose ropa bonita y arreglándose el cabello con un par de delgadas trenzas

Salí desorientado, ella me miró pero no me dirigió la palabra, siguió alistándose.

Una vez terminó de ponerse su falda de mandala me agarró la cara, y me sostuvo tan delicadamente, que fue como si no me tocara, cómo si no me poseyera, pero me dió un beso tan fuerte, tan apasionado, tan territorial… Supe entonces lo que tenía que hacer.

Ahora no sé en qué playa estaré, no sé cuántos días pasaron, cuántas semanas o cuánto tardará en llegarte esta carta.

Escucho a mucha gente decir que el mundo no se terminó el 31 de diciembre de 1999 pero siempre los interrumpo a decirles:

¡Si lo hizo! «

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS