Un lado del mundo

Un lado del mundo

Emery

23/06/2023

Era una tarde muy linda, de color amarilla y extrañamente vacía, yo solía ir a caminar para fumar un poco, era mucho mejor hacerlo al aire libre sabiendo que no tendrás que tragarte el mismo humo que exhalaste.

Yo tenía un lugar favorito, este era, un puente, más específicamente la parte de abajo, donde un río lo atravesaba y la tierra sucia predominaba, pero no importaba. 

Puse una piedra grande para sentarme y recosté mi espalda con el puente, mientras a mi derecha estaba la luz del sol a medio camino de desaparecer y al otro lado su contraparte ya muerta, en la cuál solo quedaban pequeños restos de que este había estado allí.

Mientras acomodaba la piedra me encendí el cigarro verde, así que una vez sentado solo me concentre en disfrutar, cerré los ojos un momento para que luego un frío viento recorriera mi cuerpo y en pocos segundos un escalofrío no muy interno me hizo cosquillas, fue como si el viento se pausase y dejara de pasar con su normal intensidad para que empezará a ser, nada.

Deje de sentir el viento cuando de reojo pude distinguir una alteración en mi paisaje, puse mi cabeza al frente, cruzando el agua y pude ver a una joven chica, sentada en una piedra como yo, fumandose uno como yo.

No nos parecíamos mucho físicamente pero me daba unas vibras a mi mismo, aunque supongo que era por todos estos puntos remarcados anteriormente.

Cruce con sus ojos un segundo y pude verme a mi en ellos, realmente me vi

Mantuve la mirada con ella hasta que decidí lanzar las primeras palabras y esperar que el río que nos separaba no se las llevara

-Que eres, un espejo?

– A que te refieres con eso?

-A que, estás realizando la misma acción que yo, en el mismo lugar, en el mismo tiempo, en el mismo mundo

-Quieres que vaya a otro mundo?

-Ya pareces de otro, mi yo de otro mundo

No dijo nada por unos segundos, dió una piteada, respiro profundo y luego ella tomo las riendas de la conversación

-Puede ser que tú seas de otro mundo

-Imposible

Ella se rió por mi seriedad al decirle que eso sería imposible, lo sentí como una burla así que continúe hablando instintivamente para ahogar mi ligera vergüenza

-Como es tu mundo? – le pregunté con una sonrisa casi risa

-Es divertido, hay esto -dijo mientras miraba y abrazaba a la nada, pero creo que se refería a el todo- y además, hay gente amable que pregunta cómo es tu mundo, el mío esta repleto, lleno de gente, gente que no hace mas que hablar en mi oreja, gente que no puedo memorizar el rostro por las veces que las vea porque no logro darles la suficiente importancia, pero no hay carencias en mi mundo, solo excesos, aunque ahora que lo pienso, esos excesos me llevan a tener varias carencias abstractas, así que me corrijo, mi mundo tiene carencias, quizá más que excesos

-Los hijos dominaron al padre

-Que?

-Nada, prosigue

-No, ahora cuéntame tú, como es tu mundo

– No sé si pueda hablarlo con la misma pasión que tú, me di cuenta de tu mirada cuando hablabas de él,es una mirada de amor y odio, entonces es una mirada fuerte, para expresar un sentimiento quizás aún más fuerte, que se derrumba porque mientras más lo expresa en voz alta más huecos le encuentra, pero los huecos no tienen nada de malo, todo puede ser algo entero o todo puede ser un hueco, y los huecos servirían para llenar ese hueco, quizá es ambas

-Me estás mareando

-No lo estás ya lo suficiente -le dije señalando mis propios ojos para que cayera en cuenta de que los suyos estaban totalmente derretidos.

-Si, lo estás haciendo más

-Ok, entonces paro

Y pasaron unos minutos en silencio, no muchos, quizá tres, fueron minutos reflexivos que nos ayudaron a procesar nuestras intensa y corta charla, luego ,por instinto, mi lengua retrocedió a la parte baja de mi boca para soltar una pregunta

-¿Que le falta a tu mundo?

-Que sea mío – dijo ella

-Que no lo es?

– No, yo soy parte de , no él parte de mi

-Entiendo

Pasaron unos segundos y formule otra pregunta

-Y por qué no lo haces tuyo?

-No puedo, ni yo misma puedo ser mía, no tengo donde expulsar todo lo que soy, salvo muy contadas situaciones como esta charla, liberadora por cierto

-Bueno, esto podría ser un hábito, puedo ser un liberador

-Técnicamente ya lo eres, pero si quieres serlo de profesión está bien, acepto la propuesta

Ambos nos reímos y, creo sentíamos la misma sensación de conexión, cuando sonaba su voz y luego la mía por encima de la suya sentía que éramos unisonos aunque mi voz fuera mucho más grave que la de ella, ella era yo y yo era ella.

Hablamos de cosas sin importancia pero hasta la más mínima cosa me hacía sentir un deja vu tremendo y un sentimiento de pertenencia que solamente el bajo de este puente junto a esta chica rara podria provocarme

Luego de hablar de cosas banales como su falta de amor maternal que bailaba junto a mi falta de amor en general retomamos la charla de los mundos, dando el primer paso yo

-Que es lo más importante de tu mundo? – pregunté con tal vez no la delicadeza necesaria

-Mmm…Mi rata -respondió.

-Tienes una rata de mascota?

-Si, te parece raro?

-Es fascinante

-Si, son más inteligentes de lo que la gente cree y creeme que quieren y aman más que muchas personas en el mundo, o al menos en el mío

-Tranquila, nuestros mundos coinciden al menos en eso, la gente no ama y no quiere

-No dije que la gente no ame ni quiera, dije que muy pocas personas lo hacen

-A eso me refería

-Estas seguro? -dijo sonriendome

Me reí y obtuve la última piteada de mi cigarrillo que en medio de la charla había durado más de lo que solía hacerlo.

El de ella estaba a la mitad de culminar su existencia, fumaba mucho más lento que yo, aunque eso no quiere decir que ella lo haya disfrutado más

-A que te llevo tu mundo? -me preguntó

-A esto -respondí mientras señalaba el ya extinto fuego que apague con mi pie

-No tiene nada de malo -Dijo falsamente enojada

-Seguro que no

-Lo digo en serio, que acaso esto es lo peor que has hecho? Tu peor pecado? Acaso esto es algo que no puedes perdonarte ni a ti mismo por cometer habitualmente?

-Si un pecado es habitual deja de serlo

-Si yo matara habitualmente ya no estaria mal?

-Deja de ser un pecado, entonces se convierte una parte de ti

-Una mala parte de mi

-Claro

-Entiendo tu punto – Dijo mientras obtenía otra piteada – Odio a los pecadores habituales

-Pero todos lo somos

-Si, pero hay grados, para todo lo hay

No sé en qué grado estamos nosotros, pero se que mucha gente nos superaría con creces, estamos cortos en esta carrera

-Tienes hermanos?

-Si

-Perdonarias todos sus pecados?

-Son muy aburridos para pecar, pero si

-Que encantador, yo no

-A mis hermanos o a los tuyos?

-A los míos, los tuyos no son de mi mundo

No puedo perdonar algo que no es parte de lo que soy parte

-Puedes perdonar?

-No

Entonces, comenzó a llorar, yo no sabía cómo reaccionar, no sabía si acercarme o no, antes de que pudiera decidir algo ella habló, y simplemente no paro, me contó de su odio, de su odio a la gente más linda que ella, más inteligente, más talentosa, me describió la envidia, y también el rencor, me contó de su poco espíritu de superación y como podía llorar por gente que ya no era parte de su mundo, me ponía la piel de gallina cuando me decía las numerosas veces que había perdonado o que había amado, era una persona completa, en todos los puntos, me hizo ponerme en su papel, actuar en su obra, vivir en su mundo, probablemente no hablo más de cinco minutos y sentí mi vida junto a la de ella, tenía el don de la palabra y del místicismo.

En un momento paro de hablar, tal vez se dió cuenta que se había excedido un poco con la lengua, aunque a mí no me importaba.

-Continua, le dije

-Que vergüenza

-Te da vergüenza lo que sientes?

-Lo que soy

-Mira, no estoy en tu mundo, no soy parte de el, pero esta charla está siendo mi tren hacia tu mundo y no me gustaría dejarlo pasar, seré tu liberador a partir de hoy, y tus lágrimas tendrán un destino

-Que encantador – Dijo mientras se ponía de pie – ¿Quieres acabartelo? Me preguntó alzando el cigarro verde

-Claro, luego me dirás tu nombre

-Estoy de acuerdo -Dije sonriente mientras mis piernas cruzaban el río

Entonces al cruzarlo sentí una extraña sensación que me hizo tropezar torpemente, pero había cruzado el estrecho espacio de agua que nos separaba

Me levanté rápidamente avergonzado con la cabeza abajo sacudiendo mi ropa, riendo mientras hacía un chiste que no recuerdo bien ahora, pero cuando levanté la mirada ella ya no estaba y sentí la misma sensación de escalofrío que sentí cuando ella apareció, también el viento reanudó su paso y me di cuenta del frío que hacía

Me di media vuelta y me fui caminando, lentamente mientras no paraba de mirar hacia atrás como esperando que ella de algún modo apareciera…Pero no fue así, y entonces nunca volví a estar en su mundo.

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