Una farola y un príncipe
Y pensar, mi amado príncipe, que una vez me dijiste que me amabas tanto, que harías un largo viaje y nos encontraríamos de nuevo al final del camino, en el fin del mundo.
Me decías, los latidos de nuestros corazones sentirían el día y la hora del encuentro, y que allí estarías, en amorosa espera.
Y cómo sabré que llegué al fin del mundo?
—Verás una antigua farola dijiste, con un vistoso cartel que anuncia:
“No pasar, fin del Mundo”.
Y aquí estoy, en el día y hora señalados,
esperándote en mi carroza halada con caballos metálicos,
mi idílico príncipe,
presintiendo que has perdido el camino,
o la brújula de tu corazón,
o será que de tanto rodar, estoy de nuevo en la esquina de mi casa.
🖌Arturo Ezquerro Armas
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