“Pronto no seremos nada, ni un recuerdo, solo un accidente que quizá desaparezca de la memoria de todos, un relato extraño del que nadie se acuerde.
-Santiago Posteguillo-
¿Tan solo eso fuimos? O tan solo eso soy para ti.
Parte de tu historia mas no de tu destino.
Te buscaba a cada día, a cada minuto, a cada segundo.
Y, aunque no te encuentre nunca más, siempre te llevaré en mi corazón.
Acaso ¿alguna vez te acuerdas de mí?
Acaso ¿me piensas como yo te pienso a ti?
Al desayunar, vestirte, bañarte o al subirte al camión que recorre la ciudad ¿llega a ti un pequeño fragmento de lo que alguna vez fuimos?
A veces y muy a menudo pienso que no fui más para ti que un solo pasaje, un simple entretenimiento o paño de lágrimas y no te juzgo sabes, pero, al menos debiste haberlo mencionado porque ¿qué haces? ¿Qué haces cuando esa persona que te importaba más que todos, más que tus amigos, tu familia y hasta incluso tú mismo, no quiere estar contigo?
Espero me recuerdes de vez en cuando; al cepillarte los dientes o al desabrochar tu pantalón.
Espero y haber sido algo significativo o emotivo dentro de tu vivir y no ser solo una persona más que miras pasar frente a esos ojos que ahora tanto detesto recordar.
No somos ni seremos porque ya fuimos, y más que ser, fui yo, fui yo quien fui tuyo y oh vaya que fui tuyo.
Porque realmente no me querías ni con la más pequeña parte de ti, solo querías que yo te quisiera porque estas totalmente carente y falta de apego.
Quieres que la gente te quiera porque tú no puedes quererte.
Ojalá y no te vuelva a ver, y si lo hago, ojalá que no pueda recordar tu rostro porque inevitablemente y aunque en este preciso momento asegure que no lo hare, inevitablemente me acercaré a saludarte y saber que ha sido de tú vida.
Volverá a ocurrir, caeré rendido ante tu horrible encanto con el que consigues al hombre que se te antoja y que tanto me echabas en cara.
Pero después de estas palabras ya escritas, no te deseo el mal sino todo lo contrario, espero seas muy feliz en brazos que tanto anheles ser tocada, acariciada, querida y amada.
Porque no hay nada más doloroso que no ser feliz y no podría yo desearte el mal, aunque quisiera porque, así como te deseo el bien, deseo recibir lo mismo
Aunque no sea yo contigo, ni tu conmigo.
OPINIONES Y COMENTARIOS