CAPÍTULO I Últimos Sentimientos.
(Puedes leer el inicio de esta historia con esta melodía)
Parte 1:
Krayax hijo mío
decía con una voz agónica
-la vida en este mundo es cruel .. Pero debes ser fuerte y podrás enfrentarla, la muerte no es el fin, la muerte .. es el comienzo de la verdadera vida, nuestras almas simplemente se preparan en estos recipientes que llamados cuerpo, la muerte es simplemente el despojo del cuerpo que nuestras almas hacen para poder viajar a la verdadera vida “nuestra etérea existencia”
Su cuerpo pesaba más, sus brazos dejaron de abrazarme, no pude sostenerla y lentamente cayó alzando una leve ráfaga rizada de polvo.
-Ma-madre .. dije, con la voz totalmente quebrada.
Mis ojos, a pesar de las constantes ráfagas de polvo y tierra que golpeaban mi rostro, no se cerraban, solo caían lágrimas de .. Dolor? Tristeza? Confusión? Terror?
Dirigí la mirada hacia el cuerpo de mi madre sin mover la cabeza, por unos cuantos segundos, para luego mirar mis manos temblorosas, empapadas de aquel líquido rojo marchitándose en mis entre mis dedos, mi cuerpo no respondía, algo se quebraba dentro de mí, una sensación grotesca y fría nacía en mi pecho para luego expandirse el todo mi cuerpo, como si mi corazón fuera el epicentro de …
-de que? Que me pasa? QUE ES LO QUE ME OCURRE PORQUE ME SIENTO TAN VACIO! … Grite.
y así ocurrió, algo se rompió dentro de mí, mis manos dejaron de temblar, mi cuerpo reacciono, mire el cuerpo de mi madre por última vez, acaricie su mejilla .. y por algún motivo ya no sentía nada … NADA.
El mundo se rige en leyes, quienes no las acatan son mal vistos en la sociedad, fugitivos de esta.
Pero de qué sirve si de todos modos la humanidad es la plaga del planeta tierra, el cáncer que consume y lo destruye.
la batalla que ahí se libraba con los cuerpos cayendo, el crepitar de la madera ardiendo, el sonido de espadas chocando, el grito agónico de civiles siendo asesinados, sangre derramada en el suelo, una inmensa cortina de humo levantándose y cubriendo el cielo, caballos galopando y rechinando, pero yo al ver todo esto, no expresaba sentimiento alguno, mi rostro solo observaba como el pueblo en el que nací era arrasado por hombres con la única orden de matar y destruir a todo ser vivo en el pueblo, mis ojos solo observaban, no podía llorar, no podía gritar, no podía hacer nada.
De repente vi la sombra de 5 jinetes acercándose hacia mí, con un paso firme y ligero, se detuvieron frente a mí, el del medio me miraba de una forma en la cual, cualquier niño de mi edad habría salido corriendo despavorido, pero simplemente cruzamos miradas, eran los ojos de una persona que había asesinado a muchas otras, una mirada penetrante y punzante, sacó su espada, tal vez para matarme o solo para tratar de intimidarme aún más como si su mirada .. No, como si las miradas de el y los otros 4 jinetes no bastara para que yo entre en pánico, cosa que nunca pasó.
Fue entonces cuando su mirada sangrienta cambio a una de sorpresa, ya no me miraba con desprecio, ahora lo hacía con asombro.
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