Dudé por un momento en saltar al vacío, pero tú me diste la opción de volar, y nunca creí poder hacerlo si no fuera por ti, pero que curioso, ahora me encuentro aquí escribiéndote desde un pozo, frío y desconsolado. Y aunque trate de convencerme que no fue mi culpa, todo es en vano; apenas la luna se asoma veo en ellas todas las promesas que le hice en tu nombre, y me hace recordar lo estúpida que fui, y lo cobarde que he sido.

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