Como sueña un poeta.

Con los sentimientos aislados, dentro de un sinfín de montañas rusas emocionales, donde lo ruso ni siquiera hace sentido.

La última opción son los fantasmas que se arropan detrás de las escalonadas sonrisas pintadas en el almacén del alma, tintes a colores diversos, lienzos transparentes y los dedos sin talento alguno, temblorosos por estrés y agotados por ansiedad.

En una mente activa, las enredaderas no tienen sentido, las mentes pobres no entienden y las mentes ricas entristecen, pero… ¿no es controversial? dentro de tantos enigmas, tantas resoluciones, las mentes son elecciones, las creencias también, lo inexplicable es romántico y lo explicable es atractivo o repulsivo, “generalizando”.

Fuerza, o cedes o te matas, duermes o los pensamientos te enjaulan, te enjaulas, por miedo.

El miedo es supervivencia, pero, ¿hasta qué punto deja de serlo?, ¿hasta qué punto te mata?

Muchas preguntas, aún más respuestas.

Dentro de mi imaginación, bailas, me lees y bailas, tus pupilas también, o se inundan, de pronto te hundes y sales, no te detienes, yo solo te arropo y no te conozco.

Arrastrado hacia la luz, candelas reparadoras, y mi luz te da guía.

Arrastrado hacia la oscuridad y mi mundo colapsa, entonces, con mi tiza el tuyo, es iluminado.

Un respiro mi amor, toma una bocanada grande de deseos, exhala vida, y continúa, ahí estoy para ti, para el mundo, tu mundo desde el mio.

Soñadores y lindos tejedores de sentimientos, siempre me pregunto: “¿qué sientes?”, me encantan los lectores, “soy uno de ellos”, admiro a los escritores, “anhelo ser uno”.