«Si no hubieses aparecido repentinamente, quizá no tendría que dar explicaciones de porque me rechazaron, así que ahora no te preguntes por qué ando desaparecida»

Tener la facilidad de expresar lo que el momento te hace sentir sin importar la persona que esté o no frente a ti, puede ser una virtud o un defecto, decidí ser la primera opción, pese a las circunstancias a las que mi cuerpo se estaba exponiendo, pues el miedo me consumía y las disculpas salían de mi boca repetidas veces, lo hice. Pretendo pensar que las disculpas estaban enmascarando el rechazo que olía venir, pese a ello, solo deje que mis impulsos terminaran lo que inicie; la falta de claridad me hacía tambalear por momentos, pero la decisión de no tumbarme otra vez estaba más perenne que las otras veces. Parece que es una oportunidad jugosa, parece que quizá me escojan, parece que va a ser un rechazo frente a mi rostro, todo parecía en ese momento, pero nada sabía, solo quedaba esperar y comprobar si era lo que esperaba o se volvería el olvido de haber sido posible.

Eliminar el sentimiento de fracaso debe ser un hecho no una idea, parece difícil cruzar ese muro, solamente impulsarme me ha tardado 2 meses, para decirme sí en solo 2 segundos, y dar el siguiente paso me ha tomado el triple de tiempo otra vez, estoy tomando la soga con mis manos, pese a que pueden sangrar, pero quiero errar parada y no llorar tirada.

Miércoles por la noche, alisto todo mientras no comprendo que es lo que pasa, sentir por sentir no es una explicación, pero entender la vida es la sensación; estoy tratando de que las cosas quepan en la pequeña tela descosida, me dirijo a dormir placenteramente, cuando escucho la alarma, ruego que sea un sueño, no quiero levantarme, pero lo hago, estoy de pie, corriendo para no llegar tarde, pensando en las tormentas que me mojarán todo el día. El día trascurre con cansancio y con estrategias en mente, de repente es cuando llega el momento y encuentro la ruta para irme directo al vacío de lo desconocido, todo iba exacto, encajaba perfectamente en lo ideal, el tiempo cumplía su rol de paciencia, llegue en el momento indicado, justo cuando parecía que la locura se asomaba, tuve un destello de luz que me permitió al fin ver la entrada, valientemente me atreví hablar cuando parecía que mi nerviosismo ya estaba por hacerme tartamudear, entonces cerré los ojos y allí estaba sentaba observando como la persona frente a mí hablaba, minutos después, salí apresurada teniendo la confianza que los planes de la vida encajaban con los míos. Las señales del día me hicieron sentir segura, tenía la joya que siempre busque, el camino correcto, el tiempo exacto, la noche calidad y la ruta libre, pero esas señales a veces son un perjurio de la vida.

Sin embargo los días y las dudas comenzaron a surgir día tras día, no hay nada que la falta de claridad en la vida, entonces es así como no tengo nada ahora mismo, solo dudas desenfrenadas, dudas de poder toma una decisión sin tener la seguridad de tener algo esperándome a la vuelta de la esquina, el dolor de mis brazos hacen que no soporte más, pero la ternura y esperanza de ese ser maravilloso, me hacen frenar, no quiero tener que explicar mi nuevo fracaso en menos de un año y es así como la encrucijada de las decisiones aflojan y me apresuran.

Después de varios días, no hubo falta que me digan “no”, ni tomar muchas decisiones, solo deje que las ilusiones se las llevara el frío viento de esas noches oscuras; entendí que continuar es un hecho no una pregunta, que lo que tengo es lo que necesito en este momento, no es resignarme sino encontrar el color adecuado evitar la demolición de mi futuro, pues mis demonios van ganando la batalla y yo no he dado lucha alguna, no sabía que había una batalla que estaba siendo ganada, me preparo para la guerra pese a que llevo desventaja, pero sangraré más si me resignó a parar, así que aún hay tiempo.

Atte.
Petter H

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