
Como dos barcas a la deriva de la vida, donde nos lleven el mar y los vientos, donde la vida quiera que lleguemos, pero unidas por una cuerda irrompible.
Nuestros brazos, piernas y todo nuestro cuerpo, se dirigen a la acción de amarnos; nuestras mentes piensan continuamente la una en la otra; nuestros corazones, sólo desean entregarse a las dosis de pasión, a los sentimientos de amor que nos invaden estando juntos; viajamos sin rumbo por los caminos de la vida pero siempre agarrados fuertemente el uno al otro, siempre unidos en esta navegación, buscándonos en cada vida, siempre cuidándonos, protegiéndonos, amándonos sin pretender cobrar lo entregado, sin pretender siquiera, entender porque sentimos esta unión tan fuerte; porque podemos derrumbarnos en la tristeza del otro o explotar de ilusión al ver su alegría; simplemente nos aceptamos y agradecemos lo que tenemos y olvidamos lo que nos falta; olvidamos el valor de lo material y el valor económico de las cosas; valoramos, por encima de todo, nuestro amor, nuestra unión; poniendo toda nuestra atención en vivir cada instante juntos, de forma consciente, sin importar el dinero, las posesiones, sin importar el entorno, simplemente tu y yo…
…viviendo sin rumbo.
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