Un sueño

Entré, entré en el deseo infinito de su cuerpo y de su alma, conocí sus más anheladas ganas, sentí el desvelo de sus noches por sentirse junto a mi almohada, me apacigüé por su dulce mirada, lentamente me estremecí por el recorrido de su lengua en la curva de mis piernas y mi espalda…

Volé, volé a una llanura de paciente y fría madrugada… 

Viví, viví el miedo de que sería efímero, como una corta y pasible palabra, como un te quiero, hoy y siempre o tal vez mañana. Que no valía su espera, si no le ofrendaba desde mis entrañas, me regocije dentro de sus alas talladas, de la vida misma y las injusticias encontradas.

Morí, morí en aquel intento de sentir el amor en una danza, y en un éxtasis de una vida descontrolada.

Sentí, sentí el vacío de su cuerpo, y que arrancaba mi corazón, que solo recibía puñales hasta llegar al infierno, de su pelvis explotada, de sus venas como una raíz de un tronco que se endereza para darle vida a su ego y a su alma.   YD