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Más en la quemadura del día, en el vapor de la pieza
tu atroz despedida y mi germen de paloma muerta.
Perdón [andan buscándome las palabras]
pobre poeta: no perdona tu memoria mi olvido
Sudas la mina traicionada del pueblo del norte
sueña, de nuevo, [ciego el castigo del instante]
hay un hueso de fragilidad y pesadumbre:
me fascina tu cuerpo: hay un poema desde ese día.
La chispa del viento rojo: el fuego y la ceniza
el espacio que borda los astros
pequeño aceite de pelicano abre lo extraño
entre tú y yo, pusieron el océano y la espuma.
Era de día o noche la luna
te caen ríos o aves al paso? te deshabitaron ya?
pequeño albatro ciego de árboles
entre tú yyo, pusieron la geología
Solo la música va y se suicida en las estaciones
y Vivaldi no me alcanza y se rompe
pequeño imán de la sal de oriente
entretù y entreyo, pusieron el rocío del planeta.
Me ha invadido la barba y estoy triste
una última hoguera salpica entre dos páramos
pequeño clavo que une el mar y el pescado
entre tuyyo, pusieron el silencio.
aunque no hubieras existido te querría
vertical, azul, ramaje de número, capitán onírico.
Te querría ahora mismo
envolviendo mi cuerpo | extendiendo tus cosas
nadando en medio de la mitad del bosque
guardando tu fiebre
pecho dorado de piedra marina
desenvainando tus cabellos con mi palabra
vela ardiente | ísimo de habitar
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