Hay historias que vuelan,
el aire las trae y las lleva,
deja algunas sobre mi mesa
que se esconden en el tintero,
la tinta les da color,
las va pintando mi pluma,
sobre este folio en blanco
en el que va dejando
sensaciones, sentimientos,
entre diferentes signos
que nos marcan el tiempo.
Las comas nos dan un descanso,
los puntos lo hacen más largo,
el punto y seguido un respiro,
el punto y aparte
es el que me deja escucharte
mientras elaboro mi arte,
aquí, ahora, hablando contigo
escribo parte del libro.
Cuando empiezo a escribir
es una ventana que abro
que me ofrece libertad,
cada letra es una gota
que de la fuente brota
y va regando placer.
La escritura, la lectura,
son siempre una aventura
que nos ayudan a crecer,
que te visten con cultura,
el libro te brinda sus hojas,
el lenguaje te muestra el destino,
cada libro son palabras,
cada palabra es un libro
y esas hojas son las alas
con las que puedes volar,
te acompaña a donde vayas,
cruza todas las aduanas,
siempre deja que lo abras,
nunca te pone excusas,
nunca te pone trabas,
Cuando juego a ser poeta
entro en un remanso de paz,
siento mucha tranquilidad,
veo luz, veo libertad,
los versos acarician el alma,
van recorriendo mis venas,
entran y salen del corazón
porque el libro es un jardín,
es un jardín de palabras,
las rosas son sus poesías,
los versos sus pétalos,
la historia un sendero
que está lleno de misterio,
que te enfrenta al desafío,
con un laberinto encantado
por donde corren las letras
tratando de formar palabras
escribiendo, leyendo
es el comienzo de un viaje,
el libro me acompaña siempre
envolviéndome en su magia
porque es mi confidente,
a él le abro mi mente
hilvanando sueños, deseos,
fantasías, realidades,
es quien aplaca mis penas,
bálsamo para el lector
y siempre para el escritor,
así es él
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