Ruido de ciudad,de pasados dolorosamente inamovibles, de presentes hambrientos de tempestad y de futuros calmos de esperanza y anarquía. Personas que se mueven al son de la música que emana de las aceras mojadas. Edificios siendo espectadores de desasosiegos, multitudes, soledades, deseos y pisadas en tierra artificial, fría… Sabemos donde lleva el camino, lo conocemos, pero eso no nos impide pedalear enérgicas o andar separando apenas unos centímetros los pies del suelo. Cabeza arriba con ansia de alegría o mirada corva observando de reojo lo más profundo de nuestras almas. Autobuses que paran y recojen. Una nueva cara avanza hacia mí buscando asiento. Otra vidamás cruzada en este desbordado océano de aguas cada vez más bravas. Sensaciones. Todo sensaciones y palabras quizás vacías de sentido, pero rebosantes de inmediatez, sin lugar al filtro. Lo más cotidiano es lo más sutil, lo más pequeño. Sin embargo, por debajo se derrama lo innegable: la inconsciencia humana hacia lo que nuestra madre Tierra nos grita todos los días. Cada minuto y cada segundo, esa voz nos exige paz y comprensión entre nosotras, que desabrochemos los grilletes con los que tenemos atadas las manos y los pies del planeta que nos permite vivir, de sus playas, campos, plantas y animales. De su cielo y su mar. Es hora de escuchar y eteder el daño que causamos, el terrorismo natural de que somos más que responsables. Y, sobre todo, sentirnos felices de poder pagar por nuestros pecados cuando nuestra madre Tierra decida que se acabó, cuando nuestra vida humana que tanto ha destruído se vea sepultada encálidos desiertos. Nuestras gargantas ahogadas en mares justicieros. Nuestro cuerpo cual cometa siendo zarandeado por el viento de una madre que acaricia por primera vez la piel de su hijo. Somos huellas demasiado pesadas. Necesitamos anclar nuestros zapatos a la humildad, a la consciencia. Abrir los ojos a lo evidente y dejar de una vez que nuestros más oscuros deseos de supuesta grandeza acbgen con la dulzura del discurrir plácido del agua del río más próximo.
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