Mi tiempo de hoy

Ya no es el tiempo de callar, aunque casi no he callado; a esta edad me permito decir lo que siento cuando quiero y tener la suficiente prudencia para no herir a nadie con mis palabras. A esta edad no me da miedo el riesgo, al fin y al cabo ya no tengo nada que perder, he llegado a un momento de mi vida que mi carácter se ha forjado con el fino lápiz de la experiencia, con el agudo sentido de la observación y con la virtud de la paciencia.  Puedo usar labial rojo encendido o suave rosa sin miedo y puedo teñir mi cabello del color que desee.  Adios al miedo y la inertidumbre de la espera, lo que ha de llegar llega como quiera que sea y así lo recibo, lo que se ha de ir que se vaya,  que seguramente si es amado me hará falta por un tiempo pero seguro que lo dejaré atras. 

Ya no es tiempo de llorar, a menos que sea cada mes por unos minutos cuando mis hormonas se atraviesan. 

Ya no es tiempo de morir de amor.

Ya no es tiempo de sufrir, 

Ya no es tiempo de callar.