Carlota no estaba dispuesta este año a encontrar el amor, estaba cansada, aburrida y no tenía las ganas, ni el ánimo de pasar por momentos en que tendría que encargarse de la dedicación de entrar en esos toboganes de incertidumbres en que vivió algunos años atrás.

Preferentemente, sin más, prefería enfocarse en sus gustos personales, rodearse de compartir con los amigos que tenía. Así que en esa situación, ideó en su cabeza que a cada hombre que conocía, lo mataba mentalmente, para aclarar un poco el contexto, hace unos meses conoció a Gregorio, cuando lo saludo de manos, le plantó una bala en la cabeza con un revólver Colt Anaconda que utiliza un cartucho de 44 Magnum, la bala se clavó en la sien y salió por detrás, los ojos se le fueron a blanco, matarlo fue sencillo y gracioso al mismo tiempo.

Hace dos Semanas conoció a Samuel, misma dinámica, lo observo, se puso detrás de él, agarró un cordel de 10 milímetros de ancho, lo enredó en su cuello y lo estranguló, colocando sus piernas sobre su espalda, mientras él caía al suelo, para dar más tensión, Samuel movía sus piernas con desesperación a lo que ella más fuerte tiraba de la cuerda.

Una semana después conoció a Carlos, esté le dio un abrazo para saludarla, allí detrás de su espalda, Carlota sacó su katana y se la enterró en medio del estómago, sangre brotó de su boca y estómago, la saco sin piedad de su estómago y la movió fugazmente provocando que el piso se llenara de sangre.

Al último que asesinó hoy era Jesús, le dio una sonrisa, sacó un lápiz mina de su bolsillo y se lo enterró en el cuello, este cayó al suelo y comenzó a desangrarse, la miro a los ojos, estaba de rodillas, Carlota lo miro de vuelta y le dijo muere Bastardo.

Al próximo que salude usará la Katana, pero se la clavara en la región suprahioldea.

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