Me voy dando cuenta, muy poco a poco, de quién me gusta ser, pero no de quien soy realmente, porque eso quizás no lo sepa nunca, así como concepto cerrado y completo digo. Y mientras me doy cuenta, mi cabeza, inevitablemente presente, me acompaña a decidir qué sentido quiero dar a mi vida y a mis próximas circunstancias. En definitiva, vivo mi momento, pero siempre suele haber algo que me aleja y me hace pensar en mi miedoso futuro. No me gusta ser miedosa pero tela lo que he tardado en darme cuenta de ello.

Ya por naturaleza veo a mi alrededor un mundo muy poco comprensivo conmigo y con quiénes me rodean. Pero a la vez percibo la sensación de que ese mundo está ahí esperándome con sus brazos abiertos, almenos hasta que este mundo no muera, y yo no puedo estar más dispuesta a querer entregarme a él. Entregándome a ti, mundo, me entrego a mi misma. Supongo que como yo vivo en mi mundo por eso quiero entregarme a ti. A mi.

Tan solo el simple hecho de sentirse entregado a algo o alguien, rompe tus modales o los hace evolucionar constantemente. Así que si me entrego, almenos que me llene a mi que soy quien vive para evolucionarme. No me di cuenta hasta ahora, que la vida nos hace entregarnos a ella voluntariamente para que así podamos vivir en armonía con ella y con nosotros mismos. ¿No te das cuenta de que la vida quiere que tengas los pies en el suelo, para así querer y poder conocerte a ti mismo, poco a poco?

Me flipa la cantidad de cosas que absorbo con solo el poder de querer conocerme a mi misma. Me alucina esa capacidad que tenemos todos de reflexionar sobre lo que nos rodea. Y sobretodo qué influencia tienen esas reflexiones en nosotros y cómo nos afectan, para bien o mal.

Te animo a que te sientas menos responsable de ser y más libre de ser, ser tu personalidad incierta y ser tu propia vida entera. Vivimos una vida y un «nosotros mismos» que jamás nos olvidarán y que por tanto, hay que querer cuidar como se merecen. Si quieres brillar, déjate ser brillando. Sin presiones en tu cabeza. Las expectativas no te llevan a nada, solo tus ganas de vivirte poco a poco.

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