Armonia,
Armonia ha sido la bendición que me das antes de irme del pueblo, acto que me hacía ignorar el hecho de no ser creyente, me daba la paz y fuerzas necesarias para volver al día a día en la ciudad.
Armonia ha sido la sabiduría que transmites al sentir la piel de tus manos sobre la mía.
Armonia ha sido probarme tus vestidos, reirme a tu lado, escuchar el timbre de tu voz que me susurra «hogar»
Parece que le estás haciendo honor a tu nombre, Aquilea, estás tocando el punto más débil de la sensibilidad, te estoy viendo soltarme, estoy despidiendo tus bendiciones, estoy despidiendo tu silueta sobre la entrada de la casa. Ya ni siquiera se dónde está tu bastón
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