Sobre la pérdida.
Amigas que ya no son,
el viaje que pasó,
el barrio que me vio nacer y también partir,
mi ex que se quedó en el barrio cuando sin él me fui.
O la pérdida de la inconciencia.
La pérdida cuando ya te das cuenta
que estás atravesando el dolor que implica madurar.
Perdés el fantasma de ese alguien que te viene a rescatar.
Y estás sola haciendo ese esfuerzo
porque te quedaste sin fundamentos
para echarle la culpa a alguien más.
Y si alguien más la tiene
igual no te queda otra que activar.
Y te pudriste de escuchar tanta queja sin parar.
No solo tuya
sino de tus pares que te acompañaron hasta acá.
Y te preguntás si al subir este peldaño
será sustancial volver a ver gente
que hoy dice quererte
cuando lo que en realidad los une es la insatisfacción
de un lugar en el que se detuvieron demasiados años
con el costo de un tiempo que no volverá
y de la propia salud mental.
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