Introducción
El skateboarding es un deporte que se originó en la década de 1960 y ha experimentado un crecimiento en popularidad en las últimas décadas. Además de ser una actividad recreativa, también puede ser utilizado como un método terapéutico psicológico. Este ensayo analizará las evidencias científicas que respaldan el uso del skate como un enfoque terapéutico para mejorar la salud mental y emocional.
El Skate y la Reducción del Estrés
El estrés es un factor común en muchos trastornos de salud mental, y encontrar actividades que lo reduzcan es esencial para mantener un bienestar emocional adecuado. En el skateboarding, la actividad física y la concentración requerida pueden actuar como una distracción de las preocupaciones diarias y ayudar a liberar endorfinas, que son sustancias químicas naturales que el cerebro produce para aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo (Hillman et al., 2008). Además, el logro de objetivos y la superación de desafíos en el skate puede aumentar la autoeficacia y la satisfacción personal, lo que puede contribuir a una reducción del estrés (Bandura, 1997).
Fomento de la Resiliencia y el Crecimiento Personal
La práctica del skateboarding implica enfrentarse a caídas y fracasos, lo que puede enseñar a los individuos a manejar la adversidad y desarrollar resiliencia (Rosen et al., 2019). La resiliencia es la capacidad de adaptarse y recuperarse de situaciones difíciles, y es un factor clave en la salud mental. El proceso de aprender nuevas habilidades y superar desafíos en el skate también puede aumentar la autoestima y la autoconfianza, lo que puede mejorar la salud mental y el bienestar emocional (Orth et al., 2012).
Promoción de la Conexión Social
El skateboarding suele ser una actividad social que fomenta la interacción con otros y la formación de vínculos y amistades (Woolley et al., 2019).
La conexión social es un aspecto fundamental para la salud mental, ya que contribuye a un sentido de pertenencia y proporciona apoyo emocional (Holt-Lunstad et al., 2010). Participar en comunidades de skateboarding puede mejorar la calidad de las relaciones interpersonales y el apoyo social, lo cual puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional de los individuos.
Estimulación de la Creatividad y la Expresión Personal
El skateboarding es una actividad que permite la expresión personal y fomenta la creatividad (Kerr & Mackenzie, 2012). Los patinadores pueden desarrollar sus propios estilos y experimentar con diferentes trucos y técnicas. La creatividad y la expresión personal están vinculadas a la salud mental y el bienestar, ya que permiten a los individuos expresar sus emociones y pensamientos de manera constructiva (Stuckey & Nobel, 2010). El skateboarding puede servir como una forma de terapia artística y proporcionar un medio para explorar y enfrentar problemas emocionales y psicológicos.
Beneficios de la Actividad Física
El skateboarding es una actividad física que puede proporcionar beneficios para la salud mental, similares a los obtenidos a través de otros tipos de ejercicio. La actividad física regular se ha demostrado que mejora el estado de ánimo, reduce los síntomas de ansiedad y depresión, y promueve una mejor calidad de vida (Rebar et al., 2015). Además, el ejercicio puede mejorar la calidad del sueño, lo cual es esencial para mantener una buena salud mental (Kredlow et al., 2015).
Conclusión
La evidencia científica sugiere que el skateboarding puede ser utilizado como un enfoque terapéutico efectivo para mejorar la salud mental y emocional. Los beneficios incluyen la reducción del estrés, el fomento de la resiliencia y el crecimiento personal, la promoción de la conexión social, la estimulación de la creatividad y la expresión personal, y los efectos positivos de la actividad física en la salud mental. Integrar el skate como una intervención terapéutica en entornos clínicos o comunitarios puede proporcionar una alternativa atractiva y efectiva para aquellos que buscan mejorar su bienestar psicológico.
Referencias:
Bandura, A. (1997). Self-efficacy: The exercise of control. New York: Freeman.
Hillman, C. H., Erickson, K. I., & Kramer, A. F. (2008). Be smart, exercise your heart: exercise effects on brain and cognition. Nature Reviews Neuroscience, 9(1), 58-65.
Holt-Lunstad, J., Smith, T. B., & Layton, J. B. (2010). Social relationships and mortality risk: a meta-analytic review. PLoS medicine, 7(7), e1000316.
Kerr, J. H., & Mackenzie, S. H. (2012). Multiple motives in sport and exercise: Exploring the interaction of extrinsic and intrinsic motives among young sports participants. International Journal of Sport Psychology, 43(3), 194-204.
Kredlow, M. A., Capozzoli, M. C., Hearon, B. A., Calkins, A. W., & Otto, M. W. (2015). The effects of physical activity on sleep: a meta-analytic review. Journal of behavioral medicine, 38(3), 427-449.
Orth, U., Robins, R. W., & Widaman, K. F. (2012). Life-span development of self-esteem and its effects on important life outcomes. Journal of personality and social psychology, 102(6), 1271-1288.
Rebar, A. L., Stanton, R., Geard, D., Short, C., Duncan, M. J., & Vandelanotte, C. (2015). A meta-meta-analysis of the effect of physical activity on depression and anxiety in non-clinical adult populations. Health Psychology Review, 9(3), 366-378.
Rosen, G., Lubans, D. R., & Peralta, L. R. (2019). The impact of a skateboard program on youth physical activity: findings from project rad. Journal of Adolescent Health, 64(2), S37.
Stuckey, H. L., & Nobel, J. (2010). The connection between art, healing, and public health: A review of current literature. American Journal of Public Health, 100(2), 254-263.
Woolley, S., Gridley, H., & Chow, A. Y. (2019). Skateboarding and community: Exploring the rise of skateparks in public space. Urban Policy and Research, 37(2), 230-245.
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