Ipomoea Purpurea

Ipomoea Purpurea

DaemonBellum

20/03/2023

La gloria de la mañana que despierta aún más temprano que las aves. Algunas veces llegué a pensar que su secreto es que no dormía. Porque cuando los primeros rayos de sol se colaban por las cortinas, sus pétalos vibrantes se encontraban completamente abiertos. Alerta, con un color vibrante que llama a cualquiera caminando por un predio baldío a detenerse sobre sus pasos y volver su mirada. A ella, solo a ella, entre todas las demás flores y hierbas, solo tienes permitido verla a ella.

Su belleza viene a un precio, sus pétalos y raíces son resistentes, no ceden bajo tormentas o sequías. Fuertes y engreídas, delimitando el tiempo que tienes para admirarlas, cerrando sus capullos por la noche para que mueras contando las horas hasta que vuelva el amanecer. Su resistencia a todo le vuelve invasiva, y por mucho que intentes deshacerte de ella, si una tan sola hoja o semilla se mantiene, volverá a nacer.

Su único miedo es quedarse en el aire, sin apoyo en el centro del jardín. La gloria de la mañana necesita enredarse, una cerca a la que escalar o un cuello al que ahorcar. Si está en tu jardín sentirás que es una bendición, sus vibrantes colores atrayendo abejas y polinizadores. Aún así, sus semillas en el interior son tan tóxicas que podrían ser mortales.

Se dice que sus semillas contienen una sustancia química similar al LCD. Quizás por eso son tan adictivas. Quizás por eso te hacen perder la razón. Sientes que puedes verlas a donde sea que vayas y aún si escapas te vuelven a encontrar. Las madrugadas se vuelven noches sin ellas y los jardines pierden todo color. Saben engañarte, porque entre todas las flores parecen resplandecer, mientras las otras desfallecen a su alrededor, el secreto es que con sus raíces está robandoles toda vitalidad, porque ninguna flor podría ser más bella y ninguna flor podría engañar más.

Verlas es casi una experiencia religiosa entre lo mundano, la conexión entre un mortal y un Dios. Los aztecas no se equivocaban en utilizarla para rozar lo divino. Con sus poderes alucinógenos y su facilidad para encontrarle, quizás, para encontrarte. A su lado no existen rosas, ni jazmines, y claveles, porque cuando está en tu jardín, solo puedes tenerle a ella. Invasiva, venenosa, asfixiante, adictiva, pero tan hermosa, que no puedes evitar tomar una fotografía para atesorar eternamente.

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