Una suave brisa movía el cabello de Natasha mientras abría la puerta del consultorio, Dr. Raúl Tenorio, decía una placa en la puerta, más abajo especificaba, “psicólogo”.

– buenas tardes joven Natasha como se encuentra el día de hoy – la recibe el doctor con una enorme sonrisa en su rostro.

Natasha se sonríe, pero no con una sonrisa amena, mas bien con una sonrisa de burla hacia él, el doctor le señala con la mano un cómodo sillón y la invita a sentarse

– y dígame, ¿qué la trae por mi consultorio el día de hoy?, ayer mi secretaria me informo de una joven que requería con urgencia una cita conmigo, y esa es usted joven Natasha

Natasha es una joven entrada en sus 25 años, de tes morena y ojos redondos y negros como el carbon, su cabello castaño oscuro envuelto como el de alguien que salió muy apurada de su casa, amarañado en una pequeña coleta de caballo, se sienta en el sillón y mira el techo del consultorio y sonríe, baja su rostro y mira, con esos ojos negros azabaches directamente al doctor y le dice:

– quería desahogarme con alguien el día de hoy – mira hacia la ventana y apoya el codo en el brazo del sillón y recuesta su cabeza sobre su mano – anoche intente suicidarme

– cuénteme, ¿Qué le hizo pensar en esa decisión? – pregunta el doctor

– no sé – Natasha voltea hacia el doctor y sonríe – me sentía cansada y pensé en suicidarme

– ¿algo le incomodo el día de ayer?

Natasha suspira y vuelve a desviar la mirada, hace una mueca con la boca y dice palabras poco entendibles

– si quieres desahogarte con alguien, aquí estoy yo para escucharte

Lo vuelve a mirar y con una sonrisa le responde:

– no se a sentido alguna vez asi doctor, cansado de todo, aburrido de todo y solo

– ¿por qué te sientes sola Natasha?

– porque lo estoy doctor, no lo estamos todos alguna vez, solos y sin nada que nos llene

– Eso depende desde que punto de vista lo estes analizando Natasha, siempre tenemos a alguien que nos apoya y está ahí para nosotros

– JAJAJAJAJAJA – suelta con gran fuerza una carcajada Natasha – pero que buena vida a tenido usted doctor – se quita los zapatos que traía, unos zapatos negros estilo bailarina y sube los pies al sillón – yo por mi parte no he sido muy feliz

– cuéntame

-sabe doctor, he convivido con muchas personas, algunas a nivel intimo y otras como amistades pasajeras que han vivido conmigo, pero era feliz por momentos, no era feliz siempre – se agarra el cabello y hace nudos – nunca considere o mejor dicho nunca tenia pensada esa tonta frase que dicen “ hasta viejitos” se que solo es algo pasajero, tarde o temprano siempre se van.

El doctor escribe en su libreta y Natasha sonríe

-sabe doctor, ayer llame porque me pareció linda la foto que tenía en su página, parece alguien que escucha a sus pacientes

– me gusta escuchar a mis pacientes y tratar de ayudarlos, siempre y cuando me dejen hacerlo

– es muy cierto, hay personas que no dejan que los escuchen, hoy por lo contrario vine a lo primero – sonríe Natasha

– Me decías Natasha

– yo no puedo tener hijos, y es algo que me tiene muy triste

– desde cuando sabes que no puedes tener hijos

– Me entere a los 16 años, a esa edad era muy boba y me puse feliz, dije algo estúpido como “al cabo ni tenía ganas de tener uno”, y “asi mejor, todo el dinero será para mí”, tambien dije “nunca me preocupare por si no me viene la regla” asi dure hasta mis 18 años, pero a medida que pasaba el tiempo ya no sonaba tan divertido

– ¿por qué?

– porque me di cuenta que para establecer una relación fuerte, o por lo menos pensar a futuro, siempre piensas en “crear una gran familia”, pero que familia formarían conmigo si mi principal función o la función de una mujer es tener hijos – Natasha recuesta su cabeza en el hombro del sillón y mira al doctor – sabe lo que me dijo mi madre doctor cuando se entero

– dime por favor

– ese era el castigo de las mujeres pecadoras, y eso seguramente era un castigo de Dios, tener podrida la matriz, era señal de lo buena hija que estaba siendo

– como te sentiste en ese momento

– sere sincera, me dio igual, era mi madre de todas maneras, una mujer muy creyente pero a su manera tambien era pecadora, si me lo hubiese dicho mi padre quizás me hubiese dolido creo – y sonrio nuevamente

– eso me da a entender que tu estas mas apegada a tu papa

– mmmmmmm si podría decirse de esa manera, el nunca me rechazo

– el esta vivo

– mju

– hablas con el

– bueno, hablar hablar no, a veces lo veo, no es que me necesite ahora mismo

– porque lo dices

– porque es asi doctor, si no tengo sus nietos, no tiene una escusa para verme y no esta enfermo, asi que no tengo yo escusas para ver a el

De un momento a otro le suena el teléfono a natasha y ella se levanta rápidamente

-Doctor, podemos seguir conversando mañana, debo ir a casa un momento – se coloca sus zapatos y antes de cerrar la puerta le dice al doctor, con una enorme sonrisa – no me suicidare antes de terminar esta conversación.

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