Me encontraba en un lugar desértico era de día el sol pegaba muy fuerte miré y no había casas ni nada solo arena, pero si había bastante gente caminando era una fila interminable de hombres y mujeres adultos. Me sentía cansada, pero muy cansada, más allá del cansancio físico era algo más, sentía que ya no podía más en cualquier momento iba a desfallecer las ráfagas de viento acompañado de arena golpeaba mi rostro, cada vez veía a menos gente caminando en la fila, usábamos ropas muy antiguas me hizo recordar a las películas del antiguo Egipto, sabía que debía llegar a un lugar no entendía del porqué estaba ahí. Mi cabeza ya no daba más del dolor le agregaba que mi cuerpo apenas se movía era una verdadera tortura, no podía pensar coherentemente en nada. Después de un rato solo quería que esto se terminara, no vi más personas, ya no pude más caí al suelo quedé decúbito dorsal, mi respiración cada vez se hacía más lenta. Había unas columnas enormes de piedra y alrededor unas piedras cuadradas como las de pirámides. Estaba toda transpirada mi boca seca mi legua pegada al paladar el sol era como si estaba arriba mío. Vi unas sandalias al lado mío había un hombre parado frente de mí, me descolocó, levanté mi vista era un hombre de un metro ochenta con una túnica color pastel muy clara su cabello era ondeado castaño le llegaba hasta los hombros sus ojos mostraban tanta bondad, paz, tranquilidad y tenía una sonrisa amable, pero más allá de eso la energía que emanaba era tremenda irradiaba tanto amor que no podía creer lo que sentía era la encarnación del amor en persona, me quedo corta como lo describo. ¿Será Jesús? Era un ser totalmente fuera de serie de todos los seres de luz que me he encontrado él lejos salía de todo contexto eran oleadas de energías ¡Era algo único! Se acerca y se agachó me dice «Tranquila ya llegaste«, me acaricio la cabeza y me tomó la mano y todo, pero todo se me paso me sentía totalmente revitalizada era increíble regeneró mi cuerpo por completo, me levantó me sentí como una pluma, estaba fuerte energéticamente me vuelve a sonreír su mirada jamás la olvidaré.
Volví a mi plano, tengo que decir de todas mis experiencias esta ha sido lejos sensitivamente la más fuerte, porque no solo era el sentir ese amor en una manifestación que sale de toda mente racional, faltan palabras terrestres para describir como todo mi ser reconoció a este ser como «Jesús».
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