Hoy nos encontramos.
En realidad mi atención estaba con mis compañeros y mi profesor, realmente no estaba pensando en nada, no lo entiendo. Se suponía que ese día no tendría nada de especial. Entonces, algo frío recorrió cada centímetro de mi espalda, atravesando con un ligero filo tan despacio. ¿Qué? mi cabeza se mueve en automático a la derecha y te encuentro. Ahí vas, a tu paso, reconozco tanto tu caminar, a pesar de lo mucho que has cambiado…¿entonces eres tú? te sentí. Y tu, en cámara lenta te alejaste mientras mi corazón se quebrantaba. Trato de volver, es imposible. Escucho los estruendos de mi corazón desgarrandose, algo quebrándose estrepitosamente y algo que me está lastimando el alma entera. Yo te extraño, es cierto. Mi corazón me lo está gritando, mi mente al fin lo acepta y lo reconoce. Te vas, yo me voy y parece un buen final, sin embargo algo nos reúne de nuevo antes de partir. La gente y el mundo se detiene, mi cuerpo se ha quedado justo a un centímetro de ti, sin vida. He bajado la cabeza totalmente herida. Mi corazón te grita e intenta alcanzarte, yo me derrumbo y me ahogo en el silencio y finalmente avanzo. Una ola de tristeza logra abatirme, mi corazón late desesperadamente porque te has ido…y yo, finalmente, descubrí que aún te quiero, a pesar del tiempo. Me ha dolido tanto verte, pero más…saber que no volverás a hablarme, porque yo te lo pedí, aquella noche que nuestra historia se acabó.
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