La irresistible necesidad de vomitar

La irresistible necesidad de vomitar

Deadmiau

07/03/2023

La idea de amar y ser amado lo siento como el sentimiento dominante a mi existencia, nada resulta más importante de obtener que el afecto, la necesidad del calor humano y la protección controla mis decisiones hasta el punto de ser dócil como una mascota.

 Cuando niña me pasé la infancia en bibliotecas, escribiendo cartas a mi madre; parezco olvidar los otros vínculos que me acompañan, existe alguien más importante que todo lo demás en el mundo, como una anestesia a mis estímulos, un sedante, su aroma en la cama, en la ropa. Con mi papá nunca sentí eso, nunca sentí un vínculo físico que me aferrara, por el contrario, me producía cierto temor, pero quería que me quisiera, que nos entendiéramos, que me viera y considerara que estaba orgulloso de mí. Mi mamá guardaba mis cartas, me iba a ver en las cosas que hiciera, aunque luego olvidara ir a buscarme me daba algo de atención. No recuerdo que mi papá recuerde a mis amigos, o parejas, o muchas cosas de mí. ¿Conversábamos cuando era pequeña? A veces dormía abrazada a él, cuando ambos esperábamos a mi mamá. 

Quise estudiar pedagogía por la misma razón, lo sentí siempre tan lejos, estuve siempre tan sola. Aún siento eso dentro de mí, la incomprensión. Esa ira acumulada que gatilla con cada sonido irritante a mi alrededor, cada vez que pido ayuda y nadie parece entender que estoy al borde del colapso, ese latente latido en el ojo. Pero mi papá nunca aprenderá a leer, nadie lee lo que escribo ni entiende lo que pienso, o siquiera resulta importante, relevante. No creo que recuerde que me gusta escribir, no me llama ni por mi nombre, jamás podrá al menos tener la oportunidad de leerlo. suena una arrogancia querer que mi padre aprenda a leer para que sepa lo que escribo, pero más allá de reconocerme es la necesidad de que me mire como a un ser humano, con la ternura que alguna vez habitó en mí y se pierde en cada latido. 

Odio que lo único que tengamos en común sea el consumo, odio transformarme lentamente en lo que tanto temí, odio pedir ayuda y que solo reciba silencio, estoy tan cansada del silencio determinante en la vida, la nula respuesta del mundo a mis ideas.

Cómo devuelvo el sentimiento inmanente de repulsión, esa náusea que no me deja vivir en paz, que no me permite avanzar o tener un plan. Estoy tan desolada en un diálogo vacío sin eco, sin respuesta

 ¿Quién soy? ¿Quién era antes de todo? Solo queda la náusea. 

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