Al este de Midgard en lo más recóndito del bosque Járnviðr,
reposa la leyenda de una de las criaturas mitológicas más antiguas
y poderosas de la magia en la cultura nórdica. Ulfàlfrt deidad mágica
a la que se le atribuye el maravilloso y mítico mundo de Hòlmrd,
cuenta la leyenda que la Diosa Freyja tenía cierta fascinación por la magia
y el ocultismo; así pues, decidió crear una criatura tan
poderosa capaz de regir la suerte y el destino de Midgard.
Una noche, Freyja tuvo una visión de cómo sería este mundo. Al día siguiente a
pesar de no recordar con lucidez este particular sueño, su boca no paraba de
pronunciar “Hòlmrd, Hòlmrd, dimensión divina”, y fue así como le dio vida a este
lugar nunca antes visto, lleno de colores, formas y figuras amorfas; las runas de
los muertos, el destino y el tiempo eran las sabias consejeras de este lugar, como
quien toma un pincel y con la mayor delicadeza crea piezas únicas. Adorno cada
rincón de este lugar con los principales elementos naturales: el sol, el agua, la
tierra, el aire, el fuego y la vida; además, de estar repleto de runas con frases en
forma de hechizos volando por todo el lugar y un trono de piel de cordero,
acompañado de un cinturón de encantamientos adornado con piel de gato blanco.
Por último, tenía que crear una deidad que estuviera a la altura de este místico
lugar, así que decidió combinar todas las características de la magia en una
criatura fascinante a la que decidió llamar Ulfàlfrt. Le basto un segundo para
imaginarlo. Su pelaje de lobo era oscuro como la noche, y tan fuerte que era
capaz de llevar todo el peso del mundo terrenal; en su sangre recorrían todos los
deseos del cuerpo humano, poseía una alas gigantes y misteriosas a las que
decidió adornar de blanco y negro para contrastar el lado positivo y negativo de la
magia: Al blanco se le atribuían las buenas cosechas, la buena suerte, el clima;
mientras que, al negro se le hacía alusión a herir, matar, dañar algo o alguien.
Estas alas lo convertían en la trinidad del tiempo (pasado, presente, futuro), le
otorgo la cola de una serpiente encargada del destino que posee una enredadera
en forma de cuerda, para alterar el curso del destino mediante un re tejido,
haciendo alusión al tejer o diseñar el nuevo destino.
En cuanto al acceso este mítico animal se conoce que Freyja le abrió las puertas a
las Völur, pero no sería un trabajo fácil, así que decidió que la única forma seria
por medio del seydr, magia exclusiva para mujeres; pero ¿Por qué escogió que
fuera una mujer y no un hombre el elegido de conocer la leyenda del Ulfàlfrt? a lo
que Freyja respondió mientras sonreía “las mujeres somos sensibles, tenemos el
don de conectar con nosotras mismas y con otros seres a niveles profundos,
donde solo la melancolía y el corazón pueden llegar”.
Cuando las mujeres se reunían a practicar el Seydr, tenían dos formas de entrar al
Hòlmrd o la dimensión divina, una de ellas era por medio de un trance que se
caracterizaba para crear cantos con sonidos y tambores alrededor de la völva más
sabia, quién sería la que accediera a este mundo. la segunda forma era por medio
de la planta Belladona, la cual producía efectos alucinógenos al quemar sus
semillas y posteriormente inhalar su humo.
El poder de estas interacciones con Ulfàlfrt eran tan mágicas e inexplicables.
Cuenta la leyenda que todos los deseos se cumplían sin importar si fueran buenos
o malos, desde que se desearan con lo más profundo del corazón.
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