Un verdadero hombre vea a la mujer como el mar
El mar está abierto a todos los hombres,
pero ninguno es su dueño.
El mar cambia durante el día,
Y son pocos los que pueden apreciar
cada tonalidad y cada luz que desprende.
Y cuando llega la noche
Quien sea capaz de tenderse a su lado, en silencio,
podrá sentir la plenitud de su ser y amarla.
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