Acostado en el pasto húmedo pasaron las horas,
el mundo giró como un reloj, y se hizo de noche,
los árboles quedaron sin color, como una sombra,
la luna me lloró más de una vez, al oír mis reproches,
en el viento frío de la noche quedé abandonado,
las plumas negras de un cuervo me acurrucaban,
pasaban las estrellas tan arriba del lugar, donde me quedaba,
cayendo fugaces en el cielo donde se quemaban,
un búho en una rama me miró, y yo estaba incompleto,
hundiéndome en el pasto húmedo mientras pasaban las horas,
me abrazaban las flores del suelo, como abrazan a los muertos,
la luna iluminó las tumbas heladas al fondo del cementerio,
me quedaba pensando en tus besos cuando se alejaba,
fue de ella el claro donde dibujaba, un corazón para los dos en tu cuaderno,
ella me ha traído la noche, y yo le traje un recuerdo.
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