I Capítulo : Un día de invierno
Thom pasaría por una bolsa de «café» y provisiones esa noche, bueno, antes de la puesta de sol creo.
Mi compañero era un poco desornado y torpe, en algunos casos, pero ya no lo es; pues ahora es una «persona» responsable.
Aunque yo no lo llamaría persona, sino un compañero del que recibo atención, cariño y respeto.
…
La puerta de la cabaña se cierra por fuera lentamente, mientras Thom asegura con delicadeza la misma.
Guau, digo una vez; Guau!, digo otra vez pero me canso, además Thom se encuentra con prisa, solamente me dio una suave caricia en mi cabeza y hasta luego, me dijo.
Ahora que recuerdo, el día que me encontré a Thom, fué un momento grato; puesto que era un día de invierno nada habitual, mi cuerpo temblaba sin parar, mis patas no me ayudaban mucho en ese frío intenso que recorría todo y a todos. Mis pequeñas heridas no paraban de molestar y el cansancio no me dejaba respirar, casi deseaba haber regresado con ellos … pero no.
Mis ojos no eran los de siempre, la visión se me acortaba poco a poco, decidí recostarme sobre la nieve densa pero muy suave y cerrar por un momento mis ojos.
Al tiempo, me desperté, seguía en pleno día de invierno, pero estaba en el aire, bueno eso creí; era Thom Kern, pues así lo llamaban las «personas» que lo veían, a cada paso que daba conmigo, entre sus grandes brazos, solamente sonreí; ya que lo demás … no importaba.
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