Hay un mundo un lugar un espacio, que está más allá de lo evidente más allá de lo que tenemos frente a nuestras narices, a veces sutil, vago, fugaz y muy pocas veces frontal, haber nacido en un lugar rico en tradiciones y leyendas lleno de testimonios y «pruebas», este no es un relato ficticio un relato sacado del imaginario público o quizás de alguna pesadilla por haberme excedido en algún pecadillo.
De niño mi vida como cualquier chaval de los 90s, escuela y casa nada más, tiempos en que no existía el internet, móviles u ordenadores, tiempos en los cuales solíamos salir con los amigos a las esquinas de las casas a comentar lo último de la televisión que por cierto en aquellas épocas era un lujo tener en casa, se escucha que si salías muy tarde en la noche salía la famosa «llorona» (alma en pena de una mujer que busca a sus hijos ahogados en un rio), y a la cual más de algún vecino afirmaría haber visto al llegar del trabajo o de alguna fiestecilla, de grito espantoso que hacía temblar las piernas al más valiente, hasta ese momento una mera leyenda hasta que…
siendo una bella mañana de algún día y año olvidado ya de aquellos maravillosos años, salí al patio trasero de mi tío, lugar lleno de árboles frutales y bellos recuerdos, pues una vos procedente de algún lugar me dijo NO MIRES ARRIBA, pero como todo chaval hice exactamente todo lo contrario, y ahí arriba del árbol de naranjas estaba ella una mujer de pelo largo que cubría su rostro, con un vestida de novia que se miraba viejo y percudido con hoyuelos en forma de diamante, lo clásico de esta situación comencé a gritar pues a mis 8 años es algo que no te guardas, parecía estar encerrado en un círculo de luz y completa oscuridad alrededor mío, y llegan a mi rescate, ese día era una combinación nada normal eran las 10:00 am, un niño inocente en un lugar que todos los días de mi vida visitaba, porque fue, no lo sé, solo sé que gran parte de mi vida después de eso, no podía ver hacia arriba de un árbol a cualquier hora del día o de la noche. pero ese encuentro no es ni de cerca con el más fuerte de mi vida. quieres saber más.
te contare más adelante del día que le hable a la llorona en un puente, por mandato de la misma vos que me dijo no veas hacia arriba, ahora me dijo. háblale y no es como yo lo esperaba.
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