MONSTRUO EN LA VENTANA

MONSTRUO EN LA VENTANA

Roberto Leal

09/02/2023

Soy un hombre de mediana edad, que lleva una semana de ser desvinculado de un empleo en el cuál llevaba desempeñándome casi seis años, todo a causa de un supuesto mal entendido, en el cuál se me acusa de revelar una serie de verdades, sobre mi antiguo jefe, las cuales por cierto eran sabidas por toda la empresa, pero jamás eran comentadas a viva voz. En mi defensa puedo agregar que cada puñetazo que le di a ese hombre, obedecía a la más profunda frustración, tras enterarme de que acababa de ser despedido y nada tenían que ver con sentimientos negativos hacia su persona o a malas intenciones.

Para facilitar la comprensión de este relato, es conveniente que el lector sea puesto al tanto de mi situación. Actualmente vivo con mi esposa y mis dos hijos de seis y cinco años. Debo agregar además, que estos últimos son la causante de mi estado civil y mi extensa vida laboral, la cual, acaba de estancarse abruptamente.

Pues bien, me encontraba una vez más en el living de mi casa, absorto de mi increíble capacidad de auto compadecerme de mí mismo, cuando mi esposa me recuerda de forma violenta, que debía darle la cena al mayor de mis hijos, mientras ella hacía dormir al menor y terminaba los quehaceres del hogar, los cuales consistían en: limpiar, lavar, planchar, cocinar y dar los medicamentos al pequeño. Al escuchar su impropia queja, me dispuse a responder en similar tono de voz, apelando a mi estado anímico y falta de voluntad para atender asuntos cotidianos, ante esto, advertí que mi esposa se preparaba para arremeter nuevamente con argumentos propios de una persona egoísta y falta de empatía, por lo cual decidí dar por finalizada la conversación he irme a dormir. Fue entonces, cuando me dirigía hacia mi habitación, que fui espectador de un hecho que me mantuvo en vela toda esa noche. Al entrar al dormitorio, vi en la ventana una figura semi humanoide, pero de aspecto tétrico y maligno, como una sombra. La visión duró un par de segundos, pero estos bastaron para que aquella silueta quedase grabada en mi retina. Tras verla, sin perder tiempo, me acerqué rápidamente al marco, pero lo que fuese que estaba ahí, ya se había esfumado, entonces, jalé el seguro y abrí la ventana para mirar hacia afuera, sin dar con nada que se asemejara a mi visión. Minutos después, mientras me encontraba acostado meditando lo sucedido, llegó mi esposa a acostarse. Aproveché entonces el instante para comentarle mi experiencia, pero ella se encontraba molesta por alguna razón, lo cual llevó a que no prestase mayor atención a mi relato.

Al día siguiente, no pude evitar levantarme a las una de la tarde, debido al insomnio que me produjo la experiencia de la pasada noche. Mi mujer se encontraba hablando por teléfono, al parecer había encontrado trabajo para mantener nuestro hogar, lo cual me pareció una idea de lo más útil, es decir, cuatro bocas son muchas que alimentar. Me pidió que me encargase de los niños mientras ella iba a resolver el tema de su nuevo trabajo, a lo cual accedí como buen padre. Durante ese día, me dediqué a reunir algunos implementos, por si se presentaba nuevamente aquella extraña figura en mi ventana al anochecer, fue así como compré una linterna; dispuse de una vieja cámara fotográfica y un garrote de madera, por si se trataba de un simple ladrón. Fue tal mi nivel de planeación que olvidé por completo el cuidado de mis hijos durante toda la tarde y al anochecer, cuando llegó mi esposa, me lo hizo saber de forma muy irascible. Ante su estado emocional, decidí no contradecirla. Decidí entonces, ir al dormitorio, pero esta vez iba preparado. Antes de entrar a la pieza, preparé la cámara fotográfica, luego abrí violentamente la puerta y apunte el lente hacia la ventana. Lo había logrado, ahí estaba, fue un breve instante en que vi la figura a través del lente, esta vez se tenía algo distinto, ahora se veían en ella, ojos color rojo escarlata, los cuales me produjeron tal horror, que no pude evitar voltear la mirada, a pesar de esto logré tomar la foto y de seguro aparecería cuando revelase las fotos. Esa noche dormí más sosegado, al igual que mi esposa, la cual se mostraba aún molesta, pero de seguro cuando le muestre la fenomenal fotografía que he tomado, se pondrá mejor, me dije.

Al día siguiente, como lo había planeado, emprendí rumbo a un viejo estudio donde aún se revelaban rollos fotográficos, pero grande fue mi sorpresa, al ver que en las imágenes reveladas, solo había deprimentes fotos de mi matrimonio y otra con un gran reflejo de luz que cubría casi toda la imagen. Al llegar profundamente decepcionado a mi hogar, debí soportar además los desproporcionados gritos de mi esposa por haber dejado solos a los hijos durante todo el día, mientras lo hacía, en mi mente se debatían una serie de ideas acerca del enigma de la ventana. Cuando noté que mi esposa había finalizado su acalorada reprimenda hacia mi persona, me dispuse a ir nuevamente al dormitorio, pero esta vez, activé la cámara de mi celular, quizá una imagen digital logre captar de mejor manera la extraña imagen en la ventana, me dije. Al entrar en la habitación, ágilmente tomé la cámara, pero no pude tomar la foto, me había quedado paralizado por lo que mis ojos habían avistado. En la ventana había un ser horripilante, sus ojos eran diabólicos y bajo lo que parecía ser su boca, sobresalían largos y amarillentos dientes. El ser me miraba directamente a los ojos y luego desapareció. Esa noche mi esposa me despertó señalando que el menor de nuestros hijos se encontraba enfermo, ante esto, le señalé que esperara a que amaneciera para llevarlo al hospital, ya que había un monstruo acechando nuestro hogar y yo jamás permitiría que algo les pudiese pasar a los miembros de mi familia, pero ella una vez más perdió el control y haciendo caso omiso de mi sugerencia tomó a ambos niños y salió con ellos rumbo al hospital, yo por mi parte cumplí la labor de cuidar nuestra casa de tan infame criatura que nos rondaba, mal que mal, yo era el encargado de proteger nuestro hogar.

Habían pasado cerca de tres horas, y yo me mantenía fijo frente a la ventana, con celular en mano y un el garrote de madera en el otro, de pronto suena una llamada entrante de mi esposa, se oía muy afligida y entre lágrimas me comentaba sobre una trágico hecho que había ocurrido, pero justo en ese instante comenzó a aparecer otra vez en la ventana la criatura que tanto esperaba, le dije a mi esposa que me llamara más tarde y corté, para sujetar con ambas manos mi arma defensiva y abalanzarme sobre aquella horripilante imagen. Cuando estaba a un paso de la ventana, noté algo familiar en la imagen, entonces detuve abruptamente mi arremetida para observar con mayor detención que era lo que tenía en frente y grande fue mi sorpresa al enterarme de su naturaleza. Se trataba nada más y nada menos que de un reflejo, al comprender esto, me sentí muy estúpido. Casi me vuelvo loco pensando que había un monstruo en mi casa.

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