Escucho una canción y de forma inconsciente te traigo conmigo. Abrazada a las notas, a los bemoles y los sostenidos…
Y pienso en lo hermoso que sería saberte ahí, al otro extremo de la melodía. Cómo si fuésemos dos locos ajenos a la realidad y la geografía, compartiendo el mismo cielo mientras miramos esa constelación que alguna vez fue nuestro punto de encuentro.
OPINIONES Y COMENTARIOS