Indagación permanente

Indagación permanente

Alexander Silva

30/01/2023

Tu vientre es una plaza soleada

y yo de rodillas, decidido,

te veo anidar en todo y encontrar la llave de la vida.

Pones tus manos

alrededor de mi cabeza y me dejas temblorosa el alma

y la piel.

Soy una estatua de azúcar

viendo como una gota de tu saliva

podría derrumbar el enorme haz de luz que profeso.

Soy de aquí.

Mírame

haz que crezcan las alas de la mariposa

haz del gusano el fiel acompañante del andariego

y haz que yo

suspire con los ojos y con mi poesía.

He esperado tanto

y tu tendrás en los ojos un rápido suspiro.

La noche, alzada en armas,

medía la muerte con pequeños rasgos infantiles,

¿te daba a ti o a mí la caricia?

Cerré los ojos

y se abrió el mundo y las ventanas

y el manantial de fuego anidado

por años en tu sexo invadirme por dentro.

Nacía una noche

de falsos huesos y profetas negros,

de ruidos muertos

de canciones de la infancia feliz,

mi cuerpo como el vino lleno de corchos

y toallas:

tu cuerpo caía en mí

como una red enorme de aguas profundas.

Tus manos y tus piernas

organizaban la salida más despiadada desde mi boca,

inviolables terrenos probé

ayer.

Quiero tu corazón y tu esquina

en mí;

quiero que te lances sobre mis escapularios

y sobre la noche

y sobre mí.

Quiero que te aferres como una idea.

y ver pasar la luna

y balancearse sobre tu sexo como lo hice yo:

dulcísima

y dulcísimo yo.

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