Amor:
si el silencio nos envolviera cual perenne oscuridad,
encontraría el modo de decirte cuánto te amo sin necesidad de mediar palabra para ello.
Si, por lo contrario,
la estridencia nos desafiara y ensordeciera nuestros oídos,
mi mirada fijada en la tuya y mis manos entre tus cabellos estarían declarando mi amor;
entristecerán los días,
pero mis cálidos susurros te harán pensar en tardes soleadas de sosiego;
hará la lluvia imposible el caminar por las calles,
mas yo seré el paraguas que te resguarde;
te aburrirán las horas cuando no encuentres un ocio entretenido,
pero ahí estará mi charla combatiendo el abrumador tedio y haciendo amena la espera…
Ahí estaré para ti, mi amor,
ahí estaré.
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