Unos buñuelos de viento que le acababan de regalar por su cumpleaños sus hijos trajeron a su memoria la famosa “magdalena” del libro de Marcel Proust, “À la recherche du temps perdu”.
Hacia años que había leído el magnífico libro y, degustándolos, le transportaron a los ya lejanos años en los que por su trabajo de comercial visitaba a pasteleros que, acercándose la fiesta de Todos Los Santos, los elaboraban.
Él, ya jubilado, rememoró aquellos días en los que su trabajo llenaba su vida, como los pasteleros sus buñuelos con su dulce ocupación ……de crema, nata y chocolate.
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