Y así despierto de nuevo, sordo por los bombardeos, ciego por los tiroteos, envuelto en llamas y en silencio.

Y así despierto de nuevo, en el hogar del miedo, de las sombras macabras y de los falsos muertos.

Sangre en los dedos, recuerdos enterrados por camuflados en el suelo, flotan como mariposas esperando un último deseo.

Vuelan de nuevo las aves de mal agüero, desplegadas van cerrando linderos, con lágrimas repletas de dolor que caen a chorros en el último agujero.

Y así despierto de nuevo, no es un sueño, es mi tierra Colombia golpeada por sus dueños.

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