La batalla estaba casi terminada pues las hormigas lograron entrar al frutero en el cual estaban los duraznos. El Batallón de color negruzco se daba por satisfecho pues lograron invadir la comida de esos grandes seres que muchas veces las pisaban. Esto era una venganza por todos sus soldados caídos. Así que disfrutarían cada trozo de fruta que estuviera a su alcance y valdría la pena escuchar el grito horrorizado de la señora Clara que después terminaría con un chorro de agua.

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