LA CONEXION CON LA MADRE
«EL DIA QUE MURIO MI MADRE»
Una vivencia sublime
Regresé el 30 de julio de 2017 luego del sepelio de mi padre que el día 25 había fallecido de cáncer y por su parte la dejé en buenas manos (a mi madre), mientras tuve que retornar a Bogotá, ojalá era mi sentir más nato…aliviándose de sus dolores también de cáncer.
Pasados 35 días de aquel suceso, ella se fue también al cielo y regresé entonces al pueblo.para decirle su adiós.
Habían coincidido ellos 2 nuevamente, tal vez despues de unos 40 años, supongo, fatal coincidencia hospitalizados en la Clínica Imat, en sus últimos días y cada uno en sus propios padecimientos …
•Vaya, las cosas del destino !
En esos transcurridos 35 dias, eran las 9 de la mañana, yo en mi trabajo atendía los casos de la niñez y la adolescencia, otro cáncer que aqueja al mundo también sin cura definitiva a la fecha y, mientras hablaba con alguien de Chinú sobre la afiliación Exequial de ella, irrumpió esa persona «Acaba de morir Marle»
Tal vez mi reacción es del más allá o así lo vengo entendiendo, al exclamar desde mis fibras y en mi reacción a la noticia, un sonido que no podría repetir nunca más, mi ombligo se manifestó y por 9 días tuve un fuerte dolor en toda la región umbilical…
Sólo con el pasar de los días y ya en mi lecho en la capital, capté que aquel padecimiento se debía a LA CONEXION CON MI MADRE, es que resulta más que obvio cuando en sus entrañas me alimentó precisamente a través de mi ombligo, que al tiempo era suyo también para darme de ella y poder yo subsistir hasta aquel 19 de abril cuando vine al mundo; el dolor era porque la mujer que me trajo al mundo se iba de mi para siempre, aunque realmente casi nunca fue mía.
Aquí sigo conectada a los pocos recuerdos de 9 veces que nos vimos mientras vivías y el día 10 que fui a tu despedida final; pocas horas pudimos compartir y sacar el mejor provecho a esas contadas oportunidades, jamás tuve la oportunidad consciente al menos de dormir bajo el mismo techo o recibir una navidad juntas, celebrar la llegada de otro año o nuestros cumpleaños o mis aciertos escolares que fueron muchos a Dios gracias…No, yo no tuve esos ni otros tantos privilegios, pero aquí estoy en un mundo que pudo haberme devorado, invicta en el propósito de Dios.
Mi ombligo no volverá a experimentar cuál sensación dolorosa y al tiempo mismo SUBLIME, aquella manifestación de tu despedida.
Gracias Marle.🙏🏼😇
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