Mes de Fiestas con F de Felicidad

~Ya comenzando el mes festivo, sintiendo esa vibra de re-encuentros y la energía que se va renovando de a poco. Aún no estamos al 100% pero cada día va aumentando. 

Hoy les traigo un tema muy en auge pero tan tergiversado: la felicidad. Uy sí, me imagino todo lo que se despierta en vos con esa palabra… ¡Te tengo una buena noticia! Existen distintas formas de concebir la felicidad, casi como personas hay en el mundo, aunque hoy predomine el mensaje de «viajá, pendex», «hace lo que te gusta», «viví como quieras» como un bombardeo en redes sociales. Para mí, como yo la vivo y elijo definirla, la felicidad es un estado interno que se refleja en lo externo. Por eso, la felicidad es de adentro hacia afuera (como es adentro es afuera, afirma una de las leyes universales). Es la armonía entre el cuerpo, la mente y el espíritu en intercambio con todo lo que nos rodea. Las relaciones con los demás son muy importantes, de eso no cabe duda (Y en este tiempo se están viviendo fuerte porque hay muchas «excusas» para juntarnos), pero estas relaciones parten de la relación que tenemos con nosotres mismes. ¿Generamos también las «excusas» para estar con une misme? ¿O tratamos de llenar ese tiempo sagrado con otras relaciones? (ya sea con el celu, la tv, o hablando con alguien, lo que sea que nos aleje de encontrarnos en soledad). 

Creo que estar feliz requiere de estar presente. Si no estamos acá y ahora ¿Cómo vamos a ser felices? o mejor dicho ¿Cómo vamos a poder darnos cuenta de que somos felices? Sólo aquietando nuestra mente que va hacia el futuro o regresa al pasado, podemos parar a ser felices. Simplemente. Tan simple pero tan complicado a veces. Cuando estamos tratando de negar una parte de la realidad que no queremos ver, nos vamos al pasado «donde todo iba mejor» o idealizamos el futuro en busca de «una persona o situación salvadora». En ese mientras tanto, no estamos siendo felices. 

Por ejemplo, estoy en un ambiente tóxico, con gente que no me llevo bien, me va mal en tal ámbito, en fin, las cosas no están como me gustaría. Pero hoy son así. Si no lo acepto y lo niego, pensando en «qué linda era mi vida cuando era chico y no tenía obligaciones» (hay muchos memes sobre la vida adulta circulando), o pienso todo el día en «cuando termine esto, cuando sean las vacaciones…», me abstraigo del hoy. Y así nos cerramos a todo lo que el día tiene para ofrecernos ya que tampoco estamos prestándole atención a lo bueno que se nos presenta. Creo que esas «pequeñas» cosas son recursos para trascender lo que no está funcionando. 

Si quiero negar algo del presente, estoy tapando la posibilidad de ser feliz completamente, porque es como esconder la mugre bajo la alfombra para que de afuera se vea todo bien cuando en verdad no es así adentro. Tal vez no podamos cambiar eso ya, porque las cosas no siempre «marchan sobre ruedas» o están los planetas alineados. Entonces, lo que sí podemos hacer es aceptar lo que es tal como está, porque aceptando lo «negativo», lo que nos genera incomodidad o no nos gusta de nuestro presente, también aceptamos lo bueno y positivo, abriéndonos a recibirlo. En fin, así nos vamos abriendo a la felicidad, en el presente, a cada momento.

Hoy les propongo notar cuando nuestra mente trata de huir al pasado o al futuro. A continuación, les invito a volver al presente y hacerse estas preguntas: ¿Qué aspectos no me gustan de esta realidad? ¿Qué aspectos sí? ¿Cómo puedo aprovechar lo que sí está bien en mi realidad? ¿Cómo puedo cambiar lo que no?

Bueno, probemos. A ver que pasa…

*Recordatorio: