El corazón de la vida y de la naturaleza

El corazón de la vida y de la naturaleza

Andy Martins

30/11/2022

Tawa un hombre mayor y aventurero vivía junto a sus dos nietos, Eli y Noa, en una pequeña casa dentro de lo que antes era un gran bosque.
Era un bosque mágico, el cual escondía dentro el corazón de la naturaleza, aquello que daba vida a todo, pero últimamente ese corazón se había debilitado porque nadie lo cuidaba. Tawa se dio cuenta de eso y como estaba muy enfermo decidió mandar a sus dos nietos a que ayuden al corazón de la naturaleza, ellos con gran felicidad partieron en una de sus primeras aventuras a través del bosque que cada vez se hacía más pequeño porque nadie le daba mimos ni cuidaba.
Eli y Noa cruzaron ríos, volaron sobre mariposas enormes, ayudaron a un elefante gigante que se había hincado una espina en su pata y que como agradecimiento los guió hasta el corazón de toda la vida y naturaleza.
Al llegar allí se encontraron con un viejo y flaco árbol, que parecía triste, que daba la sensación de que pronto desaparecería. Los niños se pusieron muy tristes al ver al árbol así entonces decidieron acercarse y abrazarlo y cuando lo hicieron este de retorció y de repente abrió dos grandes ojos y una pequeña boca con la cual exclamó:
– ¡Ohh! ¡Hace ya tiempo quería un abrazo de esos! ¿No tendrán un poquito de agua también?
los niños sorprendidos le respondieron:
– ¡Claro que sí!
Y sacaron de sus mochilitas dos pequeñas botellas de agua las cuales echaron por completo sobre sus raíces y así este se vio más verde que antes y hasta más feliz.
Eli, con cierta intriga le preguntó al árbol porque cuando llegaron estaba tan triste y este le dijo:
– ¡Ay pequeña! es muy doloroso lo que sucede, pues resulta que antes yo era el corazón de un gran bosque y producía semillas, frutos, polen y oxígeno como para todo el mundo que con mis amigos animales esparcíamos en cada rincón del planeta, pero estos últimos años mi bosque se ha vuelto más pequeño ya que cada vez las personas me sacan de al lado a mis amigos árboles y no ponen sus semillas para que puedan renacer y yo pueda seguir siendo feliz como antes y seguir produciendo igual.
Eli y Noa al escuchar eso se entristecieron y le comentaron que su abuelo se encontraba muy enfermo y que no sabían cómo curarlo, pero entonces Noa tuvo una gran idea:
– ¿Y si nosotros plantamos esas semillas que las otras personas no plantan? Tú podrías recuperar a tus amigos árboles y volver a ser el corazón de un gran bosque, y podrías ayudar a nuestro abuelo Tawa.
El viejo árbol al escuchar aquello se llenó de alegría, tanta alegría que produjo muchas semillas, frutos, polen y oxígeno, además la alegría se expandió por los alrededores del bosque justo hasta donde estaba Tawa y esto hizo que el mejorara, entonces los niños al volver a su casa con algunas de las muchas semillas lo vieron como nuevo y se sintieron tan felices que llamaron a sus amigos para festejar y además le dieron una semilla a cada uno, la cual plantaron algunos en sus casas y otros en los parques y plazas.
Y gracias al gran esfuerzo de esos dos niños y sus amigos de plantar las semillas que les dio el árbol, ese mismo, viejo y triste árbol, se convirtió de nuevo en el árbol feliz que era antes y siguió siendo el corazón de la vida y la naturaleza por muchos años más gracias al cuidado de todos los niños de aquella ciudad.

Moraleja: Debemos cuidar la naturaleza entre todos, aunque veamos que los demás no lo hacen, ya que ella es quien nos da vida y salud.

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